España.

María del Carmen García, la mujer que quemó vivo al violador de su hija en 2005 en Benejúzar (Alicante), salió este lunes de la prisión de Villena donde ingresó el 8 de mayo de 2014 para cumplir una condena de cinco años. Recibió el tercer grado a 9 meses de cumplir la pena, el próximo agosto. Sin embargo, su abogado, Joaquín Galant, confía en que la resolución favorable del indulto llegue antes.

Según precisó en declaraciones a Europa Press, la mujer abandonó a las 11:30 horas el penal de Villena y volverá a dormir a la cárcel de Fontcalent (Alicante) a las 19.00 horas, donde cumplirá con el régimen de tercer grado.

Al respecto, Galant ha incidido en que el expediente 13/14 del indulto que solicitaron está pendiente de resolución en el Ministerio de Justicia, dado que no se denegó. Por ello, entiende que ahora que se concedió el tercer grado "podría haber un movimiento a favor, incluso en el ministerio".

"Esperamos que podamos ver la resolución en unos meses", dijo Galant, que cree pueda dictarse el indulto antes de terminar de cumplir la condena del próximo agosto. "El clamor ha sido total, y la sensibilidad del Consejo de Ministros debe estar predispuesto a favor de agilizar la resolución", continúo.

Galant recordó que la familia inició el proceso del indulto, y se sumaron sindicatos, entidades feministas, la Diputación de Alicante y la propia Sección Séptima de la Audiencia de Alicante, que en la sentencia proponía un indulto para la mitad de la pena. "Pero como ganamos en parte el recurso de casación (ante el Tribunal Supremo), la Audiencia ya no apoyó tanto", ha seguido.

María del Carmen García fue condenada a 9 años y medio de prisión, pero el Tribunal Supremo dejó la pena en algo más de cinco años, que está cumpliendo en dos etapas, una primera de casi dos años y la actual.

Joaquín Galant explicó, sobre el caso, que la mujer sufrió "una explosión en la mente" que provocó que reaccionara comprando un litro de gasolina, con el que roció al hombre y le prendió fuego en un bar. Lo hizo después de verlo en la calle cuando pensaba que seguía en prisión, y ante el miedo a que fuera a matar a su hija por denunciarle.