Muy buenos días, estimable audiencia, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo nuestro periódico “El Independiente”, cumplimos el cuarto aniversario informando las noticias más relevantes a nuestros hermanos sudcalifornianos, contando con un gran equipo de profesionales en la materia de información
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Doy inicio a esta columna con
toda reflexión sobre el partido actual que queremos…, considero que para el
futuro deberá partir de la sociedad plural que somos, de la circunstancia
histórica por la que atravesamos y de los ideales que nos proponemos hacer
prevalecer, ¡¡¡aquí la respuesta al partido que queremos ser!!! Un partido
vinculado al pueblo, comprometido con nuestras demandas históricas, con su
bienestar y con la justicia que se reclama, con la soberanía nacional que
anhela; con un estado democráticamente fuerte para servir aquellos objetivos y
zanjar la brecha que sigue creciendo entre quienes todo tienen y entre los que
nada poseen. Un partido de masas, ideológicamente avanzado, llamado a defender
soberanía e independencia, nacionalista por principio. Como sociedad tenemos
que rechazar ser un partido de cuadros, elitista, inclinado a privilegiar los
intereses de las minorías. Otro partido tendría que ser inaceptable y no
merecería el apoyo de nuestro querido pueblo, basta de engaño y traición al
electorado.
Ahora bien; nuestra sociedad
desea una organización política caracterizada por sus vínculos con el pueblo y
lo mejor de sus luchas, experiencia y sabiduría. Lo que apostamos son los
cambios socialmente necesarios, aunque sabemos que no hay cambio sin riesgo, y
debemos estar convencidos de que no hay riesgo mayor que no hacer nada o peor
aún, sumarse a la fuerza contensora del devenir histórico “FUERA PRIVILEGIOS
ARCAICOS”. Es cierto, el partido gobernante de nuestros afanes, ha incurrido en
desviaciones y en corruptelas y hasta con traición a los principios. Se
extraviaron en un centrismo enajenador de los principios, se desideologizaron,
abandonando el sentimiento del pueblo.
Nosotros como electores
debemos poner manos a la obra y formalizar un partido popular, moderno, ágil,
para penetrar a los secretos resortes del alma popular y que de su decisión y
voluntad; pero lo cierto es que solo actuando de frente a la realidad de la
vida y con responsabilidad por los hechos que afrontamos, como puede convocarse
a la colectividad y organizadamente levantar los ideales generosos del
ciudadano. Sabía Usted, que a los partidos no se les persigue, se le estimula,
defendiendo la tesis de la política de cara a la sociedad y respondiendo a sus
resultados ante ella.
El partido que deberíamos
abanderar, sería una organización de sectores y ciudadanos, capaz de movilizar
a la sociedad con la participación en favor de una concentrada conjunción de
políticas públicas en favor de los mexicanos y de ninguna manera en pro de la
regresión ideológica que se tiene que combatir en todos sus segmentos. La
ideología que se debe de invocar, se construiría con los aportes de los
trabajadores del campo y de la ciudad, con los jóvenes que desesperadamente
buscan una señal que les oriente en la trabajosa construcción de su futuro, con
los criterios de los profesionalistas y de los maestros, de los hombres y de
las mujeres que no admiten el proceso de la realidad actual. Además nos
inclinaríamos, por un estado eficiente y porque su desempeño transite por la
normatividad constitucional y para que nada, ni nadie este sobre la
constitución.