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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

OFUNAM, un despilfarro: director de orquesta

Sergio Cárdenas Tamez, cuestiona que la OFUNAM contrate con sueldos millonarios a batutas europeas que carecen de argumentos

OFUNAM, un despilfarro: director de orquesta

CIUDAD DE MÉXICO.

El despilfarro de recursos en la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) no terminó con los más de siete millones de pesos que pagó al cuestionado director Jan Latham-Koenig (Excélsior 16/10/2017), entre 2014 y 2015, advierte el también director de orquesta Sergio Cárdenas Tamez, sino que ahora se sabe que la Dirección de Música, dirigida por Fernando Saint Martin, pagó 100 mil dólares (1 millón 840 mil pesos de ese momento) al violinista estadunidense Joshua Bell, en mayo de 2016, por dos conciertos en la Sala Nezahualcóyotl, en el marco de los 80 años de la agrupación.

La información fue obtenida a través del portal de transparencia de la UNAM, cuya copia tiene este diario, donde se lee lo siguiente: “Se informa que el monto de los honorarios que cobró el violinista Joshua Bell, en su reciente actuación como solista con la OFUNAM, fue de 100 mil dólares”.

Considero que hay una extrema frivolidad por parte de las autoridades de la UNAM, quienes tienen a su disposición cantidades importantes de dinero para administrar las cuestiones culturales; lo que vemos es un total despilfarro que no abona al fortalecimiento de la economía nacional ni de nuestra cultura”, apuntó Cárdenas Tamez, quien trabaja como profesor de tiempo completo en la máxima casa de estudios y como director artístico de la Orquesta Sinfónica Estanislao Mejía de la Facultad de Música de la UNAM.

Y añadió: “considero que son decisiones tomadas en un ámbito de corrupción artística y académica, de un manejo inadecuado de los recursos públicos, porque no se aplican en beneficio de la sociedad mexicana. Así que la UNAM debería detallar los criterios que utilizó para seleccionar al director artístico de la OFUNAM y pagar estas cantidades a solistas como Joshua Bell, dijo Cárdenas, quien lamentó la reciente designación de Massimo Quarta al frente de la OFUNAM.

Antes que cualquier cosa, dijo, es injustificable que se haya pagado poco más de siete millones de pesos, entre 2014 y 2015, a Latham-Koenig, “un director que no sabe pararse frente a la orquesta, que carece de argumentos sobre concepción de sonido y fraseo musical, que no tiene idea de cómo dar una “anacrusa”, es decir, el primer impulso para que la orquesta empiece a tocar, quien demostró un desconocimiento total del repertorio mexicano, al punto en que destrozó obras emblemáticas como el Danzón No. 2 de Arturo Márquez y Huapango de José Pablo Moncayo. ¿Cómo es posible que hayan despilfarrando tantísimo dinero con un papanatas como Latham-Koenig?”.

Y sobre el italiano Massimo Quarta argumentó: “Ahora ya tienen a otro, muy similar, sólo que es italiano. Pero, en esencia, es un director que en el apellido lleva la fama porque se trata de un director de cuarta”, con lo que cuestionó los criterios de la Dirección de Música y la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, encabezada por Jorge Volpi, para la selección su batuta, ya que hasta el momento no se han aclarado públicamente los criterios para elegir a sus conductores.

Considero que no ha quedado claro cuáles fueron los criterios para elegir a Quarta. Y me parece escandaloso este caso porque yo soy catedrático de tiempo completo en la UNAM y he tenido que hacer dos exámenes rigurosos para acceder a una plaza que, además, se concursó abiertamente. La pregunta es simple: ¿cuáles fueron los criterios para seleccionar a papanatas de esta naturaleza en la OFUNAM?

Sergio Cárdenas Tamez (Tamaulipas, 1951) es considerado el más importante director de orquesta mexicano en la actualidad, quien ha sido reconocido en Europa por ser la única batuta nacional que ha presidido orquestas como la Sinfónica de Hof (Alemania), la de Música Mozarteum (Salzburgo), la Sinfónica de El Cairo y ha realizado dos giras con la Sinfónica Estanislao Mejía.

Cabe señalar que, hasta el cierre de esta edición, se buscó entrevista con Saint Martin u otra autoridad de la OFUNAM, pero no se tuvo respuesta alguna.

 

GLAMUR Y PEDIGRÍ

Más allá de los números, detalló Cárdenas Tamez, “hay cosas de fondo que se están ignorando; lo peor del caso es que con este tipo de decisiones no se contribuye de manera alguna al fortalecimiento de una economía nacional en el campo de las artes y menos  a un fortalecimiento del talento en México”.

 Y añadió: “Habría que cuestionar los criterios o razones para marginar a gente mexicana, que hay mucha y muy calificada, mostrando que esa selección de directores extranjeros no es por calidad, sino por glamur o la proyección de un complejo, pues muchos aún creen que si alguien no tiene pedigrí europeo o extranjero… quizá no sea suficientemente bueno o atractivo para dirigir una orquesta”, aseveró.

¿Usted apostaría por el nacionalismo? “Debo aclarar que de ninguna manera tengo una oposición tajante a los extranjeros. Soy el menos indicado para hacerlo porque la mayor parte de mi carrera la hice en el extranjero, pero siempre obtuve esos lugares con base en concursos… a mí nadie me regaló nada, pero aquí cualquier papanatas obtiene esas posiciones, reciben apoyo y cantidades estratosféricas. Además, faltaría sumar a esas cantidades exorbitantes el que la UNAM también paga pasajes aéreos y hospedaje en hoteles de primera, transportación local y subsidios para las giras por Europa donde, por cierto, la OFUNAM hizo el ridículo total ya que tuvieron conciertos realmente lamentables”.

Por desgracia, pareciera que en México sí hay una postura insultante ante el talento mexicano, bueno o malo, porque se desprecia de entrada como una condición inevitable, donde el criterio es la contratación de papanatas extranjeros; en verdad que si fueran de altísima calidad, yo no tendría ninguna objeción”.

¿Cómo supo que hicieron el ridículo? “No hubo nada de qué enorgullecerse. Algunos músicos compartieron pequeños fragmentos de los conciertos en Italia e Inglaterra, con salas semivacías y donde tocaron de forma muy ridícula. Poco se sabe de esas giras, al igual que la gira realizada, a finales de 2016, por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) –que dirige Carlos Miguel Prieto–”, concluyó.