El realizador mexicano, quien lanzó a la fama al actor Pedro Infante, celebraría hoy el centenario de su nacimiento
CIUDAD DE MÉXICO.
Conocido como el Cineasta del Pueblo, Ismael Rodríguez es uno de los directores más importantes y representativos de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Con una formación profesional en Estados Unidos – donde radicó desde los nueve años junto a sus padres y sus dos hermanos, Roberto y Joselito, quienes de igual manera desarrollaron un interés muy particular por el cine–, Ismael Rodríguez es considerado uno de los cineastas más prolíficos dentro de la industria fílmica de nuestro país, que lo mismo engrandeció la figura de Pedro Infante, que trabajó con actores extranjeros como John Carradine, Basil Rathbone o Toshiro Mifune, de origen japonés a quien hizo interpretar el papel de un indígena en Ánimas Trujano, cinta que en 1962 fue nominada al Oscar en el Rubro de Película Extranjera.
Rodríguez, quien fue uno de los pioneros dentro del cine sonoro e incluso trabajó como extra en Santa, considerada la primera cinta sonora mexicana, cumpliría hoy cien años; sin embargo, en 2004 la comunidad cinematográfica fue testigo de su muerte a los 87 años debido a complicaciones respiratorias.
Con una amplia formación en distintos rubros como el de la edición, dirección, sonido, fotografía, asistente de dirección y edición, Don Ismael, como muchos le llamaban, aprovechaba cualquier oportunidad para bromear acerca de sus distintas actividades.
“Nada más me hace falta trabajar en la Kodak, donde se hacen las cintas”, expresó en distintas ocasiones Ismael Rodríguez, a quien Pedro Infante veía como un padre.
Diversos críticos cinematográficos coinciden en que Ismael Rodríguez fue un hombre inteligente, visionario y capaz que se atrevió a hacer lo que muchos definían como imposible. Logró captar la esencia de la idiosincrasia mexicana y con gran habilidad la supo traducir al Séptimo Arte en filmes que hoy son referentes, como la trilogía de Nosotros los pobres, Ustedes los ricos o Pepe el Toro.
A estos títulos se suman trabajos como Los tres García, Vuelven los García, Los tres huastecos, La oveja negra, No desearás a la mujer de tu hijo, A.T.M. ¡A toda máquina! o Tizoc, todas estas cintas fueron protagonizadas por el ídolo de Guamúchil, Pedro Infante.
“En lo que se refiere al actor, yo creo que difícilmente o tal vez nunca, volverá a surgir otra figura tan completa como la de Pedro Infante. Cantaba estupendamente, era gran actor y era evidente toda la simpatía y el cariño que el público sentía por él. Se convirtió en ídolo y no creo que vuelva a surgir otra figura como Pedro”, expresó Rodríguez en una entrevista televisiva otorgada en 1991 y por quien Infante ganó un Oso de Plata póstumo en Berlín por su trabajo en Tizoc.
A lo largo de su carrera en cine, que inició en 1932 con la participación que tuvo como actor en Santa, hasta 1999 que fue cuando dirigió su última cinta titulada Reclusorio III, Ismael Rodríguez vio desfilar y le dio cobijo a actores como Dolores del Río, María Félix, Jorge Negrete, Sara García, Luis Aguilar, Tito Guízar, Gloria Marín, Carmelita González, Antonio Aguilar, Columba Domínguez o Flor Silvestre.
En 1968, en la cinta Autopsia de un fantasma, Rodríguez juntó y dirigió al actor sudafricano Basil Rathbone como al neoyorquino John Carradine, quienes vieron en el director mexicano todo el potencial para entregarle al público una buena propuesta.