La tormenta tropical “Lidia” que azotara el sur de la  entidad, hizo muchos destrozos, Cabo San Lucas es zona de arroyos, de hecho ha sufrido varias tragedias ocasionadas por huracanes y tormentas. Ha desaparecido la población y ha sido vuelta a fundar. Ahora estos desastres aumentan en pérdidas humanas y materiales por el crecimiento de la población. Los tres niveles de gobierno y los habitantes de Los Cabos reaccionaron con la prontitud requerida.

 El gobernador y funcionarios de su equipo se trasladaron a la zona afectada. Inmediatamente llegó el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong para dar su apoyo y anunciar la llegada  del presidente de la República Enrique Peña Nieto y  sus  secretarios de estado. La ayuda federal ha llegado a raudales, como también el apoyo local y de otras entidades hermanas, algunas vía DIF estatal…  ¿Pero qué está pasando? ¿La naturaleza está cobrando venganza por los daños que le hacemos los humanos?

Lluvias torrenciales, una tras otra con fuerza nunca antes vista, castigándonos. Sismos de elevada magnitud que dejaron estelas de muerte y destrucción. A principios del mes en Oaxaca y Chiapas. Y para celebrar el 32 aniversario del sismo de 1985 de la ciudad de México, ayer (19) precisamente otro terremoto de magnitud 7.1 vuelve castigar a la capital mexicana, con muerte y destrucción. La tragedia golpea al pueblo de México, pero también nos ha unido. Olvidando pleitos, rencores y venganzas, los mexicanos nos hemos solidarizado para apoyar a nuestros compatriotas en desgracia.  Duelen las muertes de hermanos y hermanas. La pérdida de patrimonios particulares y públicos. Pero trabajando, aunque sea lentamente se podrán reponer. Las vidas perdidas son irreparables. 

El presidente Enrique Peña Nieto y los gobernadores de las entidades afectadas, incluyendo la CDMX, dejando atrás diferencias de partido han cerrado filas, trabajando coordinadamente para  restaurar lo dañado, poner de pie  a las entidades afectadas y a sus habitantes. Miles de trabajadores anónimos en las zonas siniestradas trabajan sin horario. Poniendo su esfuerzo y voluntad. Hermoso ejemplo el del Ejército, la Marina Armada, los Bomberos, las instituciones de ayuda, las fuerzas todas de seguridad.

Organizados, disciplinados, patriotas, abandonando a sus propias familias para cuidar a las familias de sus hermanos en desgracia.  En México los buenos somos más. Lo estamos demostrando a propios y ajenos.  De estas desgracias ocasionadas por la naturaleza vamos a salir más fortalecidos, demostrándoles a todos que somos un pueblo fuerte, valiente  y que sabemos dejar a un lado nuestras diferencias ideológicas y hasta religiosas para unirnos en esta lucha y ponernos de pie, por México, por nuestras familias y por nosotros mismos… Hasta la semana próxima, Dios mediante.