‘The Falling Man’ fue fotografiado unos segundos antes de su muerte el 11 de septiembre del 2001 y, hasta el momento, no ha sido identificado
México
Ya se cumplieron 16 años de la tragedia y algunas imágenes del ataque a las Torres Gemelas continúan en la memoria de miles alrededor del mundo.
Una de las fotos más icónicas es la del “Hombre que cae” o “The Falling Man”, en la que se ve a una persona segundos antes de su muerte cuando se lanzaba de la edificación.
La fotografía, tomada por Richard Drew, de la agencia Associated Press, casi una hora después de que el primer avión secuestrado por Al Qaeda se estrellara contra una de las torres fue primero difundida por casi todos los medios estadunidenses, para luego convertirse en la más censurada de aquel dramático día.
El hombre de tez oscura, tal vez de procedencia latina, cae con la cabeza hacia abajo, justo entre la Torre Sur y la Torre Norte.
Fue una de las casi 3 mil víctimas de la tragedia, y una de las cerca de 200 personas que terminaron sus días cayendo o saltando de las ventanas de los edificios antes de que estos se vinieran abajo, acorralados por el fuego y el humo que se generaron tras el impacto de los aviones.
En un principio, el protagonista de la foto fue identificado como Norberto Hernández, que trabajaba en el restaurante Windows on the World, en la torre norte del complejo.
El periodista Peter Cheney sugirió en el periódico canadiense The Globe and Mail que el hombre de la foto era Hernández, un chef de repostería que trabajaba en el piso 106 de la Torre Norte.
Algunos miembros de la familia de Hernández estuvieron de acuerdo con Cheney, pero después de examinar toda la secuencia fotográfica y detalles de su ropa, ya no estaban convencidos, como lo publicó Esquire en 2016.
No querían hablar con él (con Cheney), especialmente después de haber sido hallados por su ADN, un torso, un brazo. Así que fue al funeral. Llevó las fotografías y se las enseñó a Jacqueline Hernández, la hija mayor de las tres que tenía Norberto. Observó brevemente la foto, luego a Cheney, y le ordenó que se fuera”, cita el texto de la revista.
Lo que Cheney recuerda que ella dijo, con ira, con un dolor ofendido: ‘Esa mierda no es mi padre’”.
Posteriormente, un documental británico titulado “9/11: The Falling Man” teorizó que se trataba de Jonathan Briley, técnico de sonido del mismo establecimiento.
Michael Lomonaco, el Jefe Ejecutivo del restaurante también sugirió a CNN que el hombre era Briley, el cual fue inicialmente identificado por su hermano, Timoteo.
Lomonaco pudo identificar a Briley por su ropa y su tipo de cuerpo.
En una de las fotos, la camisa o la chaqueta blanca del “Falling Man” se abre revelando una camiseta naranja similar a una camisa que Briley usaba a menudo.
La hermana mayor de Briley, Gwendolyn, ayudó en la identificación de la víctima.
Ella dijo a los reporteros de The Sunday Mirror: "Cuando miré primero la foto [...] y vi que era un hombre alto, delgado, dije: Podría ser Jonathan’”.
Pero al día de hoy permanece el misterio sobre la identidad de la persona.
Esquire, de cierta forma, con su artículo revivió el año pasado la polémica y, a la vez, sirvió de homenaje.
La imagen se vio por todo el mundo, y luego desapareció, como si lo quisiéramos. Una de las fotografías más famosas de la historia humana se convirtió en una tumba sin marcar, y el hombre enterrado en su marco, se convirtió en el soldado desconocido.
La fotografía de Richard Drew es todo lo que sabemos de él, y sin embargo todo lo que sabemos se convierte en una medida de lo que sabemos de nosotros mismos.
El cuadro es su cenotafio, y como los monumentos dedicados a la memoria de los soldados desconocidos por todas partes, pide que lo miremos, y hagamos un simple reconocimiento.
El hombre que cae siempre”, concluye el texto de la revista.