El alemán, dos veces nominado al Oscar, ha conquistado a la audiencia con su transformación interpretativa, como en 'Alien: Covenant', donde da vida a dos personajes
CIUDAD DE MÉXICO.
Descubierto por Zack Snyder para 300, reclutado por Quentin Tarantino para Bastardos sin gloria y adoptado por Ridley Scott para la continuación de la saga de Alien. Así de fascinante ha sido la carrera del actor germano Michael Fassbender, cuyo prodigioso talento le mereció en 2012 su primera nominación al Oscar por 12 años esclavo, aquel sórdido drama que cimbró a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadunidense.
Dos años más tarde, el nacido en Heidelberg, Baden-Württemberg, al oeste de Alemania, recibió una segunda nominación por encarnar al genio de la informática Steve Jobs en la película homónima, que dirigió Danny Boyle.
En cada uno de esos casos, su transformación física e interpretativa ha impactado a una audiencia que no ha dejado de enamorarse de él, a pesar de verlo también en roles antagonistas como el del joven Magneto/Erik Lehnsherr en dos entregas de X-Men, a la que próximamente se sumará X-Men: Dark Phoenix, en pleno rodaje.
Por eso no sorprendió que Fassbender interpretara a dos personajes (David/ Walter) en Alien: Covenant, la reciente entrega de la saga creada por Ridley Scott, que esta semana aparece en formatos caseros (DVD y Blu-Ray).
“Fue muy divertido escuchar que daría vida a dos personajes en una misma película. Con David ya estaba el trabajo hecho de alguna manera, por Prometheus(2012), y Walter era una yuxtaposición de él”, señala en entrevista.
La historia, en la que también participa el mexicano Demian Bichir, narra la travesía de una tripulación que queda varada en un planeta remoto en el punto más alejado de la galaxia, en lo que creen es un inexplorado paraíso, que en realidad es un oscuro y peligroso mundo, cuyo único habitante es el sintético David (Fassbender), superviviente de la desafortunada expedición Prometheus.
Además de actoralmente, el proyecto también retó al germano de manera intelectual, pues le replanteó algunas de las preguntas más inquietantes de la humanidad, las cuales siguen resonando en su mente.
“Una de las cosas que más me conecta con Alien: Covenant es que tiene esta temática filosofal que vimos por primera vez en Prometheus.
“Esta idea de creación y de dónde venimos, de si hay un cielo después de esta vida, de que existe gente religiosa y otra escéptica. ¿Cuál es la verdad?”, reflexiona el actor, cuya posición en Hollywood no lo ha distraído ni de los aspectos que son importantes en su vida (como la familia), ni de sus aspiraciones de involucrarse en el mejor cine, como lo demuestra su aparición en The Snowman, el thrillerbritánico que lo regresará a la pantalla grande en octubre.
Es precisamente ese género –y por supuesto la presencia de Ridley Scott— el que lo convenció de sumarse a Covenant, pues rescata esa sensación de horror y thriller que vimos en las primeras entregas de Alien, así como el género de ciencia ficción en general.
“La ciencia ficción es un género muy popular. ¿Qué hay en nuestro espacio? ¿Cuál es la última frontera? ¿Hay otras formas de vida y otros planetas que podamos habitar?
“Entonces la idea de un alien parásito que podemos incubar en nuestro interior, creo que es algo realmente aterrador que sigue afectando los nervios de las personas”.
El resultado es una aventura intergaláctica que conecta con las sensaciones y necesidades más primitivas del ser humano, que luego de aterrarnos en la sala de cine, busca apoderarse de nuestra casa.
“Lo que veremos en esta película es el nacimiento del alienígena que todos conocemos y amamos de la película, sabremos de dónde vino y dónde fue que surgió su híbrido”, adelanta emocionado el protagonista del drama de época Macbeth y Assassin’s Creed.
Para todos los fanáticos de Fassbender, el fin de año les tiene reservada otra gran sorpresa: el estreno de Song to Song, la nueva obra de Terrence Mallick (El árbol de la vida), que está fotografiada por el mexicano Emmanuel Chivo Lubezki.