San José del Cabo, Baja California Sur (BCS).- Con respecto a la ola de violencia que ha impactado al municipio de Los Cabos y se ha hecho noticia internacional luego de lo ocurrido en playa Palmilla, René Bejarano Martínez, líder del Movimiento Nacional por la Esperanza, lamentó que esta tragedia nacional lleve al país a posicionarse como el segundo con más homicidios dolosos en el mundo, justo detrás de Siria, una nación en guerra.

Recordó que en los últimos dos gobiernos federales han habido más de 210 mil asesinatos y desapariciones forzadas y lamentó que mes con mes la cifra de homicidios dolosos genere records, justo como el mes de mayo con 2 mil 100, pero en junio se superó y sigue creciendo, desafortunadamente de la mano de una descomposición del tejido social en todos los niveles, como se hizo notar con la detención del fiscal del estado de Nayarit, en Estados Unidos, por complicidades con el grupo delictivo de la entidad.

“El encargado de combatir la delincuencia organizada era el jefe de la delincuencia, eso es lo que exhibe la descomposición, pero lamentablemente eso se da a conocer en Estados Unidos, lo mismo que aún sin considerarlos ya culpables, los indicios de que dos personajes, uno artístico y otro deportivo, pudieran estar vinculados al lavado de dinero, es decir, se han alcanzado niveles de penetración inimaginables, no se desconoce que también hay gobernadores que se coludieron como el caso de Tomás Yarrington, detenido en Italia y otros, lo que habla de un estado delincuencial que requiere ser erradicado y de la necropolítica que está prevaleciendo”, aseveró.

Bejarano Martínez calificó como peligrosísimo el 2018, pues con 30 elecciones locales, en dónde están asentados muchos de estos grupos delictivos que van a buscar preservar su influencia y su poder, hay riesgos grandes de violencia en el marco de la lucha político electoral por la disputa de las plazas y el control que ejercen estos grupos en diversos territorios, “un coctel explosivo”, afirmó.

Para cambiar tal situación, es que enfatizó en la importancia de hacer un cambio de política económica y social, pues el negocio de la muerte y el combate a la criminalidad ya se volvió un negocio, pues como hay empresarios interesados en vender papelería a los gobiernos, hay otros en venderles armas, helicópteros, aviones, vehículos astillados, aparatos de espionaje.

“El gasto en los reclusorios en algunos lugares es más alto que lo que se invierte en los centros de desarrollo infantil, porque la población recluida es altísima y es un mal que está creciendo también por el crecimiento de las adicciones y por el potencial adictivo de algunas de las drogas que están consumiendo sobre todo los jóvenes, es un problema de carácter nacional que requiere ser atendido por urgencia con políticas distintas, porque a todas luces las políticas actuales no han dado resultado, porque en lugar de que disminuya está creciendo y se está difundiendo como un cáncer incontrolable en todo el país”, concluyó.