Descubre la propuesta del joven artista Erik Rivera a través de los ojos desbordantes y brillantes colocados en los rostros de figuras conocidas o en personajes que ha creado
Astrid Hadad
CIUDAD DE MÉXICO.
La misoginia enredada en la punzante emocionalidad de la parte femenina que según Erik Rivera (CDMX 1979) todos tenemos, es el tema de la exposición titulada Las Rurales. Diez niñas retratadas entre flora atrayente pero peligrosa que resulta una metáfora perfecta para representar lo que es ser mujer en el mundo. Una aparente vanidad que se convierte en una compleja realidad.
La género binario hace que el llamado “sexo débil” padezca desde el principio un enorme desequilibrio sobre derechos, posiciones, roles y conductas que se esperan de lo “femenino” en franca desventaja.
Las niñas Rurales de Erik Rivera plantean esta difícil disyuntiva con obras que emulan ilustraciones infantiles de grandes miradas que son acompañadas por vegetación que las enredan volviéndolas estáticas, muñecas anuladas que emulan floreros para decorar un salón.
El llamado Niño Terrible ha diseñado el Cartel de la Marcha LGBTTTI de este año, experiencia que le enfrento con la realidad de la gente que no pertenece a esta bando machista de la sociedad. El artista se ha percatado de la imposición del machismo heredado por años en un circulo vicioso de siglos que esta rompiéndose poco a poco no sin una importante resistencia.
Me he hecho consiente de algo que todos heredamos y que sabemos en el fondo ocurre desde hace mucho tiempo, la misoginia es un arma brutal para imponer un modelo de sociedad que favorece siempre al lado masculino, de ahí que todas las resistencias sean desde las trincheras machistas y tradicionalmente radicales que se resisten a perder el poder. Es un círculo vicioso en donde la homofobia- transfobia son hijas malditas de la misoginia.”
Esta serie pretende ilustrar estas generaciones de niñas-mujeres que están atrapadas entre su emocionalidad vulnerable y las ataduras que la sociedad les pone y que ellas mismas aceptan o se imponen, esta flora que les atrapa y que al mismo tiempo las adorna.
Me di cuenta que las mujeres a pesar de ser muy poderosas, no se empoderan por miedo a ser siempre invalidadas, las chicas trans o las lesbianas terminan siendo las más discriminadas, incluso en los movimientos de diversidad sexual, este es un pequeño homenaje a todas ellas, llevo años pintando niñas con plantas que pinchan y ahora sé porque.”
La guardiana del huevo es la personal versión de aquel cuadro de Leonor Fini, una niña caminante que resguarda un frágil huevo acompañada a diferencia de la obra de Fini de un traje donde crecen plantas verdes de todos tipos y que invitan a perderse en el follaje para distraer el arrebato del huevo.
Miss Lupita es un retrato de la Virgen de Guadalupe que esta cubierto amorosamente de rosas pero también dolorosamente de espinas que emulan el sacrificio de la dolorosa representando una casta mestiza y que discretamente acaba de ganar un concurso de belleza, se asoma una Tonanzin apenas trazada en el vestido.
En los cuadros de Rivera, la vanidad femenina se trata como un infantil y hermoso componente superficial dentro de un injusto intercambio por la anulación de la independencia adulta. Le siguen los retratos de Miss Sonora, Veracruz, Nayarit y Jalisco y un retrato de Nuestra Belleza 2016.
La serie se complementa con La Anunciación de la serie Jesuschild (2012) donde la escena de la paloma blanca engendrando al mesías en el vientre de una rubia niña virgen que se columpia en una luna menguante y un espinoso agave.
La exposición se presenta en el restaurante Los Rurales en la colonia Roma Norte hasta el 15 de septiembre.