Hay unas 48 calorías en una cucharada de azúcar y, en el transcurso del día, algunas personas podrían estar tomando el azúcar adicional que se recomienda sólo con el café
MÉXICO.
La gente que busca reducir su toma diaria de calorías sin una dieta restrictiva podría considerar tomar su café con poca o nada de azúcar, por lo que saborear la bebida les ayudaría en ese objetivo, dicen investigadores.
"Hay unas 48 calorías en una cucharada de azúcar y, en el transcurso de un día, algunos bebedores de café podrían estar tomando el azúcar adicional que se recomienda (100 calorías para las mujeres y 150 para los hombres) sólo con el café", dicen los investigadores en el Journal of Health Psychology.
Pero para quienes gustan de su café endulzado, tomarlo sin azúcar es más fácil decir que hacer.
En un nuevo estudio, Richie Lenne y Traci Mann, de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, probaron con dos juegos de intervenciones para ayudar a los bebedores de café a reducir su consumo de azúcar.
Designaron al azar 127 participantes para seguir una de tres formas de tomar café por dos semanas.
En un grupo, las personas gradualmente disminuyeron la cantidad de azúcar que añadieron a su café en volúmenes pequeños por día.
A otro grupo se les enseñó a beber café a consciencia; es decir, dando tiempo de concentrarse en el café y apreciarlo con sus sentidos. La lección incluyó una introducción a la degustación a fin de que pudieran aprender a detectar el sabor, la acidez, el dulzor, la textura en boca y el dejo del café.
El tercer grupo tuvo una experiencia de choque en la cual dejaron de endulzar su café por completo durante dos semanas y sin ninguna estrategia.
Los investigadores habían esperado que la disminución gradual de café sería la forma más efectiva; sin embargo, se equivocaron.
"Los participantes en todos los grupos mostraron incrementos significativos en el consumo de café sin azúcar que les duró unos seis meses, (pero) el grupo que aprendió a tomar café tuvo un aumento más grande que los demás", concluyeron los autores del estudio.
De hecho, un mes luego del experimento, el grupo que aprendió a tomar café lo bebió sin azúcar más frecuentemente que aquellos que simplemente trataron de hacerlo, lo cual continuó en los seis meses de seguimiento. Por otra parte, el método de reducción gradual resultó ser el menos efectivo.
"Iniciar el cambio es relativamente fácil, pero mantenerlo es casi imposible", dijo Lenne a Reuters Health en un correo. "Esperábamos que la mayoría de los participantes regresara a su toma de café con azúcar, pero el grupo que aprendió a beberlo persistió en su consumo de café sin azúcar".
Tanto el grupo que aprendió como el que dejó de consumir azúcar de golpe desarrollaron un gusto por el café sin dulce, pero ninguno lo disfrutó más que el otro. El grupo de reducción gradual, sin embargo, disfrutó el café sin azúcar menos que el grupo que dejó de endulzarlo de golpe.
Al final, el grupo que aprendió a beberlo tuvo las intenciones más fuertes de reducir la toma de azúcar a largo plazo.