Vendió su taxi para apostar por la producción y venta de la cerveza de amaranto, ahora Víctor Manuel Jiménez no se arrepiente de la decisión que tomó... Aquí la historia
MÉXICO
En julio de 2014, Víctor Manuel Jiménez Argumedo vendió el taxi que le había dado sustento por 20 años, para financiar una idea que le propuso su hijo Christian: fabricar cerveza.
Tuve la fortuna de que mi hijo -Christian Jiménez Díaz- terminó su carrera de biotecnología, él inventó la fórmula, no teníamos dinero, pero tenía el taxi”, comentó en entrevista.
Ofertaron el taxi por internet y a los dos días se vendió, con ese capital constituyeron una sociedad cooperativa y comenzaron las pruebas en su casa ubicada en el Pueblo de Tulyehualco, en la delegación Xochimilco.
Le hice el hincapié a mi hijo que el producto debería tener algo diferente a los demás”, y ese plus fue el amaranto.
Desde mis abuelos y bisabuelos, igual que la gente nativa de aquí, se dedicaban a sembrar amaranto, de ahí surgió la idea (…) aunque ya no lo sembramos porque es un trabajo muy difícil, es el mayor cultivo de Tulyehualco, lo compramos fresco a la gente del pueblo”.
La cerveza, de nombre Ara en honor a su esposa Araceli, también lleva avena, lúpulo y varios tipos de cebada, ingredientes que Víctor Manuel tritura con un rústico y pequeño molino de frijol.
Todo el proceso, molido, hervido, fermentación y gasificación lo hace en un área acondicionada para ello en la parte superior de su casa, con ayuda de su padre sus hijos y esposa, quienes forman parte de la sociedad cooperativa.
Aseguró, incluso, que su cerveza es nutritiva pues conserva las proteínas del amaranto hasta en seis por ciento, de acuerdo a estudios realizados por investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco.
Empezamos con cinco litros y actualmente producimos más de 200 litros semanales”, los cuales venden en envases de 360 mililitros en lugares como Ecatepec, en el Estado de México, la playa Zipolite en Oaxaca, así como bares de la Condesa y la colonia Tabacalera en la Ciudad de México.
Jiménez Argumedo aseguró que tiene planes de exportar a Japón, Dubái y Marruecos, donde han probado ya su producto, pero le hace falta mejorar su infraestructura pues requeriría producir al menos un contenedor de mil cajas, lo que le es imposible con el equipo actual.
Si bien la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades lo apoyó con envases que le eran necesarios en el principio de su empresa, busca financiamiento de programas federales o en su caso socios para agrandar la cooperativa.
-¿Se arrepiente de haber vendido su taxi?
-No estoy arrepentido sino emocionado, finaliza.
CON INFORMACION DE EXCELSIOR