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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

Jamiroquai vuelve dispuesto a recuperar la corona del neofunk

ay Kay vuelve a la carga tras siete años de silencio discográfico para hacer bailar a la multitud en el festival Cruïlla de Barcelona con su combinación de neo-funk y música disco

Jamiroquai vuelve dispuesto a recuperar la corona del neofunk

BARCELONA.

Jamiroquai vuelve a la carga tras siete años de silencio discográfico para hacer bailar a la multitud en el festival Cruïlla de Barcelona con su combinación de neo-funk y música disco, puesta al día con ritmos electrónicos.

El público le dio una bienvenida entusiasta abarrotando el escenario principal, mientras los otros cinco espacios de conciertos perdían espectadores a ojos vista.

Jay Kay apareció con un casco de plumas metálicas con ledes, versión modernizada de su habitual gorro de plumas de gran jefe indio, y arrancó con Shake it on, de su nuevo disco Automaton.

Otras canciones de este álbum, como Dr Buzz sonaron durante la primera parte del concierto, alternadas con temas de la anterior etapa, mientras el público se abría paso a codazos para intentar ver algo más que las pantallas gigantes.

Cuando las riadas de gente se estabilizaron mínimamente, los presentes se pudieron meter de lleno en el concierto y los jóvenes, muchos teniendo en cuenta que se trata de una banda que eclosionó en los noventa, bailaron codo con codo con los veteranos.

A Jay Kay se le veía incómodo con su casco de ledes, que le obliga a llevar guantes y chándal de manga larga para esconder los cables con los que acciona los movimientos de las plumas, pero contento con la acogida del público y agusto con la banda.

Antes de que Jamiroquai haya resucitado el espíritu lúdico de la música disco de los setenta, el Cruïlla ha tenido una tarde ajetreada, en la que la buena música con conciencia política a marcado la pauta.

Youssou N'Dour, todo un tótem de la música africana, y Ani DiFranco, icono del feminismo, dio el banderazo de salida del festival, con dos conciertos muy diferentes, pero unidos por la fuerza de la música y el mensaje comprometido.

Youssou N'Dour fue el primero en aparecer sobre uno de los seis escenarios de este festival de dimensiones humanas pero amplia oferta, que este año afronta su edición más ambiciosa, con todos los boletos vendidos y las entradas de hoy agotadas.

Acompañado por doce músicos, sin contar con los bailarines que hicieron apariciones esporádicas, el senegalés desplegó todo su poderío, que no es poco, frente a un público deslumbrado por el amarillo chillón de su atuendo, los vistosos colores de la ropa del resto de músicos y, sobretodo, por los ritmos africanos y los estribillos pegadizos del pop con raíces que practica el maestro.

"Por una África positiva, por una África nueva", ha gritado el veterano músico, antes de interpretar "New Africa", un tema en el que menciona a Nelson Madela.

En un escenario cercano, y casi simultáneamente a N'Dour, la norteamericana Ani DiFranco ha aparecido con menos parafernalia pero igual de poder.

Tras Not a pretty girl, se dirigió al público para explicar que cuando llegó a Barcelona vio banderas con el arcoíris colgadas de los balcones y se puso muy contenta.

La verdad es que parece que los astros se han confabulado porque mañana se celebra en Barcelona el Pride Parade en favor del colectivo LTGBI, una causa en la que DiFranco es especialmente activa.

Le siguen los irlandeses Two Door Cinema Club, que repasaron sus tres discos y han atraído al público anglosajón, que en este festival no es tanto como en el Sónar o el Primavera Sound, y a los amantes del 'pop'.

Mientras, los locales con alma rapera se concentraron en el escenario junto al mar, donde el MC aragonés Kase O. lanzaron sus frase lapidarias.

Tras cinco años de silencio discográfico, el español vuelve a el ring con un disco lleno de temas, como Esto no para, en el que carga contra "políticos cleptómanos", denuncia que "huele a cloaca" y grita a los presentes "¡muévete!".

Mucha política, pero también mucha música de calidad, como la que han ofrecido The Lumineers en uno de los escenarios grandes, y El Petit de Cal Eril en un espacio más pequeño, pero igualmente lleno hasta la bandera.

Variedad de estilos en un festival que mañana continúa con The Prodigy y Pet Shop Boys como cabezas de cartel y el domingo se clausurará, muy probablemente con récord de asistencia