El instituto respaldó a los trabajadores sindicalizados, quienes hicieron denuncias apócrifas y provocaron la renuncia de su director, Iván Edeza
CIUDAD DE MÉXICO.
Un grupo de trabajadores sindicalizados, encabezado por Miguel Ángel Palacios Valencia, secuestraron el Museo Ex Teresa Arte Actual. A partir de denuncias apócrifas sobre presuntas irregularidades administrativas, laborales y financieras que finalmente no pudieron comprobar, los miembros del sindicato manipularon y desaparecieron documentos para lograr la suspensión temporal del artista Iván Edeza, entonces director de dicho espacio museográfico, así como de su administrador Julián Rodrigo Monroy, con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Ante el inminente cierre del espacio, avalado por el Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (SNDTSC), sector INBA y de la sección OD-INBA 227, las autoridades del instituto, representadas por Octavio Salazar Guzmán, subdirector general de Administración; y Darío Francisco Montiel Mancilla, director de Asuntos laborales, accedieron a las demandas de los trabajadores, tal como quedó asentado en una minuta del 18 de mayo, cuya copia posee Excélsior.
Antes de atender las demandas, el INBA suspendió temporalmente a Edeza y a Monroy, y enviaron a Jesús Vázquez Rodríguez como administrador interino de Ex Teresa, para que en un plazo de 15 días formulara un diagnóstico de la aplicación, distribución y funciones de cada trabajador, así como el correcto ejercicio de los recursos económicos del museo.
Sin embargo, el INBA no pidió pruebas sobre la manipulación y desaparición de documentos oficiales por parte de los trabajadores sindicalizados, tampoco profundizaron en los gastos no comprobados desde hace 13 años, la desaparición de equipo electrónico, el posible desvío de recursos y el incumplimiento de funciones del mismo grupo de empleados del Ex Teresa, tal como Edeza informó en su momento.
Las indagaciones confirmaron que la gestión de Edeza, iniciada en septiembre de 2013, carecía de irregularidades. Sin embargo, el INBA ya había pactado con el sindicato la salida de Rodrigo Monroy, así como la sustitución de la plantilla completa de seguridad y limpieza del recinto.
Esto sucedió sin consultar a Edeza, quien aún se desempeñaba como director del espacio y durante su gestión obtuvo el VII Premio Iberoamericano de Educación y Museos, concedido por Ibermuseos; y el Programa al Desarrollo de los Archivos Iberoamericanos, en 2016, entre otros apoyos del Patronato de Arte Contemporáneo.
Ante este panorama, Edeza renunció el pasado 7 de junio como director, junto con Magdalena Sofía Carrillo, subdirectora de curaduría del Ex Teresa, y el propio Julián Rodrigo, quienes remitieron copia del documento al recién formado consejo asesor, integrado por Lorena Woflfer, Sol Henaro, Francisco Reyes Palma y Víctor Muñoz.
Lidia Camacho aceptó la renuncia y designó a Francisco Javier Rivas Mesa Tito Rivas como nuevo director del Ex Teresa Arte Actual, remitiendo un comunicado simple a los medios de comunicación.
CORRUPCIÓN Y CHANTAJES
En el texto de su renuncia, Iván Edeza, Sofía Carrillo y Julián Rodrigo lamentaron que el INBA solapara actos de corrupción, así como los ataques y amenazas que recibieron por parte del personal basificado: “En los últimos meses se han multiplicado las calumnias, (los) chantajes, amenazas y ataques de diversa índole por parte de un grupo de personas adscritas a este espacio como personal de base”.
Recordaron que “este grupo ha cometido una serie de actos alejados de la ética y reprobables en cualquier sentido que pretenden ocultar manejos inadecuados de todos los recursos disponibles por medio de calumnias y agresiones”.
Y sobre la opacidad del INBA añadieron: “Nos parece inadmisible que las autoridades facultadas para atender estas problemáticas solapen dichas acciones y se conviertan en cómplices de actos ilegales, vulnerando lo que se construyó durante varios años. Desmontaron los procedimientos de transparencia que se lograron instaurar en estos tres años”.
“Hemos sido testigos de la manipulación inadecuada de documentos de gestión sin que estuvieran presentes los responsables de su custodia, hemos denunciado la alteración de documentos por miembros del grupo mencionado, se ha notificado la desaparición de documentos en el archivo de trámite que comprueba el probable desvío de recursos, realizado por uno de los promotores de este grupo. En suma, hemos sido objeto de agresiones y daño moral”.
Para corroborar la veracidad del documento, Excélsior consultó a Iván Edeza y a Sofía Carrillo, quienes accedieron a charlar brevemente.
Edeza reconoció que Ex Teresa le dejó un buen sabor pese a la amarga experiencia: “Me llevo un buen sabor de boca por la cantidad de cosas que hicimos, en colaboración, y cómo se logró reorientar y aclarar la vocación del espacio, con el apoyo de otra parte del personal de base y de honorarios”.
¿Fue decepcionante la corrupción que enfrentaste? “No fuimos tan ingenuos de querer cambiar a una institución que nos rebasa por todos lados. Pero lo vivido fue como si estuviéramos en una cinta de 1972, cuando Fidel Velázquez era líder de la CTM. Esa parte decepciona y me hace pensar que lo vivido fue a una escala muy menor de lo que pasa en el resto del país. Quizá haya peores cosas, pero lo que nos tocó fue un concentrado interesante de lo que sucede en buena parte de los espacios culturales del INBA”, añadió.
¿Por qué no pelearon por el proyecto? “¡Peleamos!, pero no somos el Cid Campeador. Además, para hacer esa pelea se requería apoyo institucional y no la estábamos teniendo. Digamos que si el subdirector general de administración del INBA pone en duda nuestra labor… entonces no tenemos nada que hacer ahí”.