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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

Si te gusta pintar, pinta a diario: Tamayo, a 26 años de su muerte

Creador de talla internacional, el mexicano Rufino Tamayo aconsejaba a sus discípulos vivir todos los días la pasión de pintar

Si te gusta pintar, pinta a diario: Tamayo, a 26 años de su muerte

MÉXICO

Creador de talla internacional que supo mezclar la tradición con la vanguardia pictórica de su tiempo, el pintor mexicano Rufino Tamayo es recordado este 24 de junio a 26 años de su muerte.

Con más de 2 mil obras en su haber, diseminadas por todo el mundo, Tamayo es uno de los más prolíficos artistas del México del siglo 20.

Si te gusta pintar, pinta todos los días y si puedes ocho horas diarias”, repetía a sus discípulos.

Al cumplirse 26 años de su muerte, el renombrado artista plástico es recordado como creador de una poética única e inédita en la historia del arte moderno de este país.

La vigencia de su obra está presente en las múltiples exposiciones con las que es evocado en el museo que lleva su nombre y en las subastas de arte, en las que sus creaciones son altamente valuadas, como el cuadro “La Familia”, que se vendió en 3 millones de dólares en una puja, en Nueva York.

Rufino Arellanes Tamayo nació el 25 de agosto de 1899, en la ciudad de Oaxaca, hijo de un empleado y una madre dedicada a las labores de hogar.

En 1910, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, antigua Academia de San Carlos, donde permaneció hasta 1919.

En 1920, ya había creado diversas obras que revelaron una afinidad con la pintura de la época, aunque también mostraban su estilo personal caracterizado por los detalles nacionales.

A partir de 1930 y hasta 1939, en sus obras aparecieron naturalezas muertas y paisajes urbanos que lo situaban en la línea de los descendientes del pintor francés postimpresionista Paul Cézanne (1839-1906).

Sin embargo, también fue influenciado por el cubismo de Georges Braque (1882 -1963) y su propuesta artística se distinguió por la exaltación del color.

Tiempo después, en los años 40, el mexicano se trasladó a Nueva York, Estados Unidos, donde radicó por cerca de 20 años y desarrolló gran parte de su arte.

En esos años, también conoció Europa, al montar diversas exposiciones en París, Francia; Londres, Inglaterra, y Roma, Italia.

 

 

Con sus contemporáneos: Jean Dubuffet (1901-1985), Jean Fautrier (1898-1964), Francis Bacon (1561-1626), Balthus (1908-2001) y Willem de Kooning (1904-1997) compartió afinidades y en una serie de telas violentas descubrió la facultad metafórica de los colores y las formas.

Ya para 1950, Rufino Tamayo había alcanzado reconocimiento nacional e internacional, prestigio que le valió la encomienda e ocho murales.

 

Mira: Sotheby’s vende Tamayo por 4.3mdd, Rivera por 2.4mdd

 

En 1962, el artista regresó definitivamente a su país natal, donde finalizó seis murales más, dos de los cuales adornan el Palacio de Bellas Artes: "Nacimiento de nuestra nacionalidad" y "México de hoy".

Los siguientes años de su vida, el artista se volcó a la creación pictórica y gráfica, para esta última utilizó diferentes materiales y el “collage”, con lo que consiguió texturas y calidades ilimitadas.

Dedicado a su gran pasión, la pintura, Rufino Tamayo murió el 24 de junio de 1991, a los 81 años de edad, tras dejar un invaluable legado pictórico.