El Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario y la ciudad de Xilitla abrirán dos nuevos recintos dedicados a la obra de la artista surrealista, los cuales albergarán un centenar de obras donadas por su hijo, Pablo Weisz Carrington
MÉXICO.
En San Luis Potosí, la entidad que alberga Las Pozas, el único jardín escultórico surrealista del mundo, se construyen dos museos que exhibirán y estudiarán la obra de la pintora y escultora mexicana de origen inglés Leonora Carrington (1917-2011), considerada una de las exponentes fundamentales de esta corriente.
La capital potosina y el municipio de Xilitla, precisamente donde el poeta y mecenas británico Edward James (1907-1984) dio vida a Las Pozas a partir de 1949, serán las sedes del Museo Leonora Carrington, que custodiará la colección de 115 esculturas y 50 obras gráficas donadas al gobierno del estado por Pablo Weisz Carrington, hijo de la creadora.
Se trata fundamentalmente de esculturas concebidas por la artista en los últimos años de su vida. Consta de alrededor de 115 piezas de distintos tamaños, que miden desde 40 centímetros hasta monumentales de siete metros”, detalla el secretario de Cultura estatal, Armando Herrera.
El acervo donado, agrega el promotor, incluye además “grabados y litografías en diversos formatos, tapices, los cuales suman alrededor de 50 piezas; así como algunos utensilios de trabajo, fotografías y enseres personales”.
El proceso que detonó la creación de ambos museos, explica, se dio por la intervención de Fermín Llamazares, “un profesionista oriundo de Xilitla y presidente del consejo del Museo Leonora Carrington San Luis Potosí, A.C., quien propuso al gobernador Juan Manuel Carreras un acercamiento con Pablo Weisz”.
El economista egresado de la UAM describe que uno de los museos se instalará en el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario, en una sección que no había sido intervenida desde que este complejo del siglo XIX era penitenciaría.
Consta de cuatro edificios con alrededor de 20 crujías cada uno, así como un patio central y cuatro áreas abiertas en donde se colocarán esculturas monumentales”, indica.
Y el proyecto de Xilitla se ubicará, prosigue, “a media cuadra de la plaza principal, en donde se construirá un edificio de dos plantas para este museo”.
Con una inversión total de 69 millones de pesos, 49 para el de la capital potosina y 20 para el de Xilitla, según datos de la Secretaría de Cultura, el objetivo fundamental de los recintos “es dar a conocer aspectos de la vida y obra de esta artista universal”, apunta Herrera.
La apertura de estos museos será de gran trascendencia, dado el auge que ha tenido Xilitla como enclave de una obra surrealista con el jardín de James. Además, Leonora es una de las artistas más reconocidas de esta corriente y, a decir de su hijo Pablo, no existe otro espacio en el mundo que albergue en su mayoría obra de ella. Por otro lado, una buena parte del acervo se ha exhibido muy poco y, en algunos casos, hay obras inéditas”, destaca.
La iniciativa presentada el pasado 6 de abril, día que se conmemoró el centenario del nacimiento de Carrington, especificó más las características del museo ubicado en el Centro de las Artes de SLP, en un área de dos mil 500 metros cuadrados, que alojará un centro de interpretación del surrealismo, una sala biográfica, salas de exposición permanente, de usos múltiples, talleres, biblioteca, bodegas y una cafetería.
El proceso de planeación arquitectónica de este museo se inició a principios de año y actualmente se está trabajando el diseño museográfico y la licitación pública se encuentra en proceso. Estimamos que la obra civil dará inicio la primera semana de julio. Se estima tener lista una primera etapa en el último trimestre del año”, concluye el secretario de Cultura.
Edificado en el Área de Procesados de la antigua penitenciaría potosina, hoy Centro de las Artes, el Leonora Carrington será el primer museo panóptico con origen en un espacio carcelario en México, afirma Ramón Moreno Carlos.
El arquitecto admite que en América existen dos, el Museo Nacional en Bogotá y el Museo de Ibagué, ambos en Colombia, pero aclara que el recinto potosino es único por las características estructurales de la zona en que se encuentra.
“El área de Procesados resulta importante para el conjunto arquitectónico, porque es la única sección que repite el modelo de panóptico que ordena centralmente a las crujías principales del proyecto original, diseñado por Carlos Suárez.
Establece una variante del panóptico principal al no ordenar sus crujías a partir de un patio circular, sino de forma cuadrangular, lo que también le otorga singularidad dentro del conjunto carcelario”, narra.
El Perito Federal de Monumentos Históricos del INAH detalla que el edificio que albergará al museo Carrington está ordenado a partir de un patio central y cuatro crujías de celdas. “Todo construido con gruesos muros de piedra, bóvedas centrales de medio cañón hechas con tabique y pasillos de entrepiso edificados sobre lámina de zinc acanalada y viguería metálica”.
El responsable de la evaluación del proyecto, su autorización y el seguimiento de la obra, como lo fue durante los dos sexenios panistas de la transformación de la penitenciaría potosina en Centro Estatal de las Artes –que obtuvo el Premio Francisco de la Maza a la mejor obra de restauración de México por parte del INAH–, aclara que el área de Procesados ha permanecido casi en el abandono desde 1999.
El deterioro generado con el tiempo y la ausencia de mantenimiento ha dañado gran parte del estrado de las bóvedas de tabique, que cubren los pasillos en cada una de las crujías de celdas”, apunta.
Moreno Carlos dice que también se han acumulado flora y fauna nociva, además de escombro, que afectan la funcionalidad del sitio. “Gran parte de la pintura en muros y elementos de herrería se encuentra en grave deterioro”.
Asegura que ya han evaluado y dictaminado el proyecto, estableciendo criterios similares a los del Centro de las Artes, entre otros, la restauración de los elementos arquitectónicos deteriorados y la incorporación de nuevos bajo un criterio de integración analógica.
Es decir, un diálogo armónico entre las fábricas y los materiales antiguos y los nuevos; así como la necesidad de conservar íntegra una de las cuatro crujías originales, como referente histórico del inmueble”, añade.
Finalmente, el proyectista adelanta que “se estableció la necesidad de un guión museológico que se adecue al funcionamiento panóptico del diseño original y que se restaure uno de los torreones de la antigua penitenciaría, que tiene relación directa con el espacio destinado al museo”.