• “Igual que un día que un día bien aprovechado produce un dulce sueño, una vida bien aprovechada causa una dulce muerte”. Leonardo Da Vinci
Aun duele su partida, la
ausencia y el saber que no habrá más reuniones en su oficina (VIP’S), pero es
justo celebrar su vida. Un reportero (porque no le gustaba que lo consideraran
PERIODISTA, pues decía que aún faltaba mucho más qué hacer para llegar a
considerarse como tal). Humilde de corazón, siempre con conversaciones agudas, que
se revestían del conocimiento que a diario obtenía, leyendo, informándose, para
tratar de escribir opiniones acertadas, lo más apegadas a la realidad.
Consciente del cambio que imprimieron las Nuevas Tecnologías de la Información,
se propuso el impulsar su medio digital. Y aunque renegaba a veces de la
saturación que generaban las redes sociales, sabía que era un elemento básico
para dar a conocer sus opiniones.
Alonso Méndez Suriano, lo
recuerdo de adolescente, cuando se estacionaba frente a Palacio Municipal, para
señalar desde su vehículo, a los funcionarios que sabía estaban aprovechándose
de su cargo para servirse, no a la gente.
Impulsor del Panismo de la
vieja guardia, si, aquel que señalaba y criticaba las corruptelas de las
administraciones del PRI, (nada que ver con el actual que ha perdido el rumbo y
su principio humanista, al que ahora criticaba duramente pues lograron
desencantar al rellenar sus filas con los tránsfugas amarillos). Aquellos
tiempos de campañas, donde no era el dinero que se repartía entre los líderes,
sino las propuestas a presentar a la gente.
Al paso del tiempo, nos
volvemos a encontrar, como colegas en un diario local, donde buscó siempre la
oportunidad de plasmar su opinión en una columna y ante la imposibilidad de ello,
renunció para ingresar al medio que hasta antes de su muerte, seguía
escribiendo “En La Mira”, en El Peninsular (versión impresa).
En una ocasión, me dijo, ya
estaba trabajando en El Peninsular, yo seguía en Tribuna de Los Cabos: vamos a
Santiago, debes escuchar y conocer a alguien que creo es diferente. Le dije que
todos los políticos eran iguales. Y convencido, argumentó que este personaje
traía de cabeza al PRI y podría llegar a ser Gobernador, que era buen orador y
convencía con su discurso. Fuimos, el lugar, Casa Ejidal. Ahí me presentó al
entonces Alcalde rebelde, Leonel Cota Montaño.
Y finalmente tuvo razón, en 1999 la Media Península
sacó al PRI de Palacio de Cantera para abrir el espacio a los tiempos de las
fuerzas progresistas, apoderadas del PRD.
Conocía la historia de los políticos, algo que es
importante al ejercer este noble oficio. Siempre podías escuchar agudas
críticas, pero al mismo tiempo, sonoras carcajadas. Amigo de todos, no tenía
problema de decir de frente la opinión aunque no le gustara a quien escuchaba.
En sus conversaciones, no podían faltar sus amores:
sus hijos, Atlántida, Alonso, Jonathan, Edén y Argentina. Además de su más
grande amor y compañera, su esposa Esperanza.
Con orgullo platicaba los proyectos de “Pipo” y de
Jonathan, cómo fue que se abrieron camino consolidando sus ideas, y sobre todo,
lo decía, sin su ayuda, basados en su tenacidad, constancia e inteligencia. También
en sus pláticas estaban presentes Atlántida, Edén y Argentina (casi siempre
decía: tengo que pasar por ella), fueron parte de sus preocupaciones cuando los
nietos llegaron, no se diga del más pequeño que solo amenazaba con llegar y
optaba por a la mera optaba por esperar su tiempo.
19 años viviendo con un riñón prestado, el que su
amada esposa le donó. Con quien vivía profundamente agradecido por la valentía
de tomar esa decisión que a él, le cambió la vida y le regaló más tiempo con
ella y sus hijos. Le preocupaba faltar, porque sabía que su compañera sufriría
su ausencia, pero sobre todo, su pendiente era precisamente el poder seguir
apoyándola por los problemas de salud que ella estaba enfrentando. Por eso,
prefería reunirse en las mañanas, o desayunar, pocas veces aceptaba salir a
comer en grupo, porque siempre tenía el pendiente de ir a comer lo que
Esperanza le preparaba.
En lo personal, puedo decirle gracias, no solo a
él, sino a su familia, por el tiempo que nos lo prestó, por la amistad que
siempre profesó, porque justo en momentos que se le necesitaba, ahí estaba,
quizás no siempre concordábamos, quizás alegábamos, pero siempre se imponía la
amistad. Los seis meses que estuve en el Cabildo Cabeño, fue mi soporte, me
alentaba a luchar y defender mis opiniones, ahí estaba por si alguna duda se me
presentaba. Gracias amigo Alonso.
Finalmente la batalla (en apariencia) la perdiste,
sin embargo, la realidad es que más allá de la muerte, tu seguirás presente por
el legado que dejaste, de amigos, conocimiento y ese sentimiento de rebeldía
presente. No escucharé tus risas, no habrá más reuniones en VIP’S o en Molly’s,
ya no chatearemos para analizar algún tema.
Se fueron contigo esos años en los que pese a las
críticas, los actores políticos estaban al pie del cañón, cuando salir de gira
con los Alc2aldes implicaba camaradería, ir todos en un solo carro, cantando y
bromeando.
Tu espacio ahí quedará, te lloramos y sentimos tu
ausencia, pero sabemos que descansas y serán los recuerdos los que te
mantendrán vivo en nuestros corazones.
Dejo la letra de una canción que te gustaba
escuchar y que incluso la llegaste a pedir a la radio local, en honor a tu
querida compañera, Esperanza: “…Como en aquellos tiempos de nuestra
juventud, Mi corazón añora tu juventud de rosas, Y aún sigo enamorado de ti mi
linda esposa, Ya nuestro pelo negro de blanco se vistió, Ya nuestros hijos
viven la juventud hermosa, Yo aún sigo enamorado de ti mi linda esposa, Que
dios te guarde para mí eternamente, Pues me ha de separar de ti solo la muerte,
Amor como este jamás ha de existir, Ya nuestro pelo negro de blanco se vistió,
Ya nuestros hijos viven la juventud hermosa, Yo aún sigo enamorado de ti mi
linda esposa…”