La ya consabida disputa, conocida por propios y extraños entre Esthela Ponce, Isaías González y Ricardo Barroso...
• Le urge al PRI nueva dirigencia convincente que elimine las pugnas internas que lo mantiene paralizado
• La prolongada crisis interna de este partido lo mantiene aún en la senda de la derrota
• El tricolor es un barco que está más hundido que a flote
La pregunta más hecha por los priistas tiene que ver sobre quién será el futuro dirigente estatal de este organismo.
Para desgracia de los priistas parece que aún no tienen claro quién será el nuevo presidente del comité estatal del tricolor que hasta ahora y a pesar de todo aún es encabezado por Edmundo Salgado Cota, un verdadero representante del grupo político que encabeza el senador Ricardo Barroso Agramont.
La ya consabida disputa, conocida por propios y extraños entre Esthela Ponce, Isaías González y Ricardo Barroso, aún está vigente al interior de un partido que se encuentra tan dividido que se aproxima a un nuevo proceso electoral y aún si tener definido su rumbo.
De nada han servido las dos visitas que a la entidad ha hecho el líder nacional Enrique Ochoa Reza desde que asumió ese cargo, por lo que una vez que concluya el proceso electoral en el EDOMEX donde parece estar concentrada la dirigencia nacional, entrarán a direccionar los cambios de ese partido en Baja California Sur.
Mientras esto sucede, el PRI sudcaliforniano no sale aún de una enorme crisis interna que lo tiene otra vez ante el riesgo de no conformar una propuesta política lo suficientemente competitiva como para lograr triunfos.
Vaya ni con el esperado desgastel natura he pueda sufrir al interior el PAN que como partido en el gobierno puede tener algunas dificultades al momento de definir candidaturas.
Pero para la desgracia del PRI en el blanquiazul el conflicto interno, por lo menos hasta ahora, no es tan grave como para que los priistas finquen sus esperanzas en ello.
Así que los priistas tendrán que trabajar concienzudamente en la conformación de una nueva dirigencia que tenga la capacidad no sólo de superar las ya históricas confrontaciones internas, sino además que puedan construir hacia el futuro inmediato propuestas convincentes.
¿Con qué cara saldrán a la calle los priistas a decirle a la comunidad que son la mejor opción?
La respuesta hasta ahora nadie la tiene.
Habrá que esperar quizás el resultado de las elecciones de julio de este año en el Edomex principalmente y el resultado del cierre de la administración federal que encabece el presidente Enrique Peña Nieto.
Por lo pronto el panorama aún es muy desolador para la perspectiva política de un PRI que le urge encontrar mejores caminos para su actividad política.
Caminos que por supuesto tendrán que ser recorridos por liderazgos que superen la enorme desconfianza de la población y hasta de los propios militantes de este organismo político.
Por supuesto en política todo puede pasar, pero por lo pronto, hasta ahora, el tricolor se encuentra ante una pesada carga y una perspectiva que no le brinda posibilidades de triunfo.
Ya veremos qué tan hábiles resultan quienes por la razón que sea, aún confían en dirigir los destinos del barco priista que aún se encuentra más hundido que a flote.
Al PRI le urge una nueva dirigencia, una dirigencia que ahora sí sea convincente.
Ya veremos.