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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

Lo derecho es lo decente

La nerviosidad está íntimamente ligada al ambiente en que vivimos, a la fatiga, al uso inmoderado de estimulantes...


Muy buenos días, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo nuestro periódico El Independiente, espero que haya disfrutado en compañía de sus familias la pasada Semana Santa sin ningún contra tiempo, felicidades y en hora buena.

Por petición de mis estimables lectoras investigamos los Síntomas Frecuentes de Nerviosidad y Enfermedades, espero y creo que con el Doctor que me entreviste no se equivocó con el consejo que a continuación trasmito a todas las preciosas mujeres. Sufrir de nerviosidad, no quiere decir estar sufriendo ataques de nervios cada dos por tres o sentir el cuerpo excitado y pronto a reaccionar exageradamente a cualquier estimulo. Muchas veces la nerviosidad no se trasluce al exterior, ni la misma mujer se da cuenta que la está padeciendo, en estos casos la tensión  nerviosa está escondida, la procesión corre por dentro; pero entonces es capaz de afectar cualquiera de los órganos del cuerpo ocasionando enfermedades que aparentemente no tienen nada que ver con los nervios, en casos así, por mucha medicina que se tome y por muchos médicos que se visiten, nada ni nadie es capaz de mejorar el estado de la mujer a no ser que las medidas terapéuticas adoptadas se dirijan a combatir la verdadera razón del mal; la tensión nerviosa.

La nerviosidad está íntimamente ligada al ambiente en que vivimos, a la fatiga, al uso inmoderado de estimulantes a la agitación del diario vivir y el constante luchar que, suavemente pero con insistencia, irritan el espíritu y desordenan las delicadas funciones de las glándulas endocrinas. Este mal no se presenta entre las mujeres pertenecientes a pueblos con bajo nivel de civilización, es ocasional entre las de nuestro campo y su incidencia es cosa corriente entre las que viven en las ciudades. A más grandes la ciudad mayor es el número de personas afectadas.

Ahora bien, aunque la nerviosidad puede ser origen de cualquier síntoma que se note, generalmente tiene tendencia a afectar el corazón, el aparato respiratorio y los intestinos. Muchas son las mujeres que van al médico quejándose de sensación de opresión dentro del pecho, o de punzadas detrás del esternón y que, después de examinarlas se les encuentra un corazón en perfectas condiciones, muchas son las que tienen dificultades para respirar y de noche se despiertan sobresaltadas porque tienen la sensación que les falta aire, y no obstante su aparato respiratorio está perfectamente normal, otras padecen de indigestión crónica, de vómitos o acidez, a pesar de lo cual su intestino está perfectamente bien,  todas estas mujeres tienen  algo en común; una vida llena de problemas, de luchas y frustraciones que ha acabado por afectar los órganos que ahora sienten enfermos.

La nerviosidad es una de las principales causas de disgustos familiares, el descontento constante y el mal genio que acompaña este estado nervioso se manifiesta principalmente en el seno del hogar. Quien sufre de nerviosidad nunca encuentra las cosas bien hechas, refunfuña de todo, y tal parece que si no puede rezongar no es feliz. En realidad estas personas no están faltas de cariño, ni de amor hacia los suyos, sino más bien parece que prefieren reservarse sus sentimientos efectivos. Por último, pero por favor no se me sientan ofendidas, ustedes tienen la mejor opinión. El Psiquiatra puede descubrir la causa que origina la tensión nerviosa y combatiéndola mediante el proceso moral y material, puede ayudar a curar este padecimiento.