La artista surrealista Leonora Carrington nació en Reino Unido, pero halló en México el sitio para rearmar el rompecabezas de su vida íntima y alcanzar su madurez estética
CIUDAD DE MÉXICO.
La artista surrealista Leonora Carrington, nacida en Lancashire, Reino Unido, encontró en México el sitio para rearmar el rompecabezas de su vida, tras quedar destrozada por la Segunda Guerra Mundial.
A seis años de su muerte, vale recordar a esta pintora y escultora que en 1942 arribó al país, que la abrazó y la hizo suya para ser mudo testigo de los vaivenes de su vida íntima y cómplice de su madurez estética.
Amiga de Remedios Varo, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Luis Buñuel, la creadora produjo en México cerca de un centenar de obras entre las décadas de los 40 y 70, probablemente su etapa creativa más prolífica.
Su vasta obra está colmada de animales fantásticos, que migraron al zoológico de su universo creativo gracias a las leyendas celtas e irlandesas que su abuela acostumbrara contarle cuando era niña.
Poco antes de los 20 años, Carrington se mudó a Francia con su esposo Max Ernst, quien fue arrestado por ser ciudadano alemán y residir en la nación gala.
El encarcelamiento de su amante la incitó a buscar escapar, huir, y fue esa desesperación la que la empujó a España y luego a México, donde vivió los últimos 69 años de su existencia.
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En este país fue donde la inglesa conoció al fotógrafo húngaro Emerico Weisz, con quien tuvo dos hijos: Gabriel y Pablo.
Además de pintora, escultora y escritora, Leonora Carrington también incursionó en el mundo de la actuación, en la cinta “En Este Pueblo No Hay Ladrones”, basada en un cuento de Gabriel García Márquez, en el que interpretó a una prostituta junto con María Luisa La China Mendoza.
Producida en 1965 por Isaac Alberto, tuvo en su reparto a Luis Buñuel, José Luis Cuevas y Carlos Monsiváis; además de Ernesto García Cabral, Gabriel García Márquez, Abel Quezada, Arturo Ripstein y Juan Rulfo.
Este año, se conmemora el centenario del nacimiento de la artista inglesa, que encontró en tierras mexicanas el lugar ideal para desarrollar su discurso plástico.