Dave Grohl sabe que su madre Virginia fue la primera impulsora para que él se decidiera a ser músico
CIUDAD DE MÉXICO.
Nombres como Dave Grohl (Foo Fighters), Pharrell Williams, Miranda Lambert, Michael Stipe (R.E.M.), Amy Winehouse, Tom Morello (Rage Agains The Machine), Michael Diamond (Beastie Boys), Gary Lee Clark Jr., Adam Levine (Maroon 5), Dave Matthews (Dave Matthew’s Band), Dr. Dre y Kelly Clarkson, entre muchos otros, son reconocidos alrededor del mundo por la marca que han dejado en el mundo de la música.
Todos comparten ser profesionales exitosos dentro de la industria y tienen en común haber tenido una mujer detrás que creyó en su capacidad para alcanzar sus sueños: su mamá. Así lo dejó asentado Virginia Grohl, madre de Dave Grohl —vocalista de Foo Fighters y baterista de Nirvana— en su libro From Cradel To Stage: Stories from the Mothers Who Rocked and Raised Rock Stars.
“Si no fuera por mi madre, yo no estaría aquí, en serio. Siempre he tenido una muy buena relación con ella, es la mamá más cool que he conocido... desde el día uno. Hace tres años me dijo que quería escribir un libro y pensé: ‘¡finalmente!’ porque ella fue maestra de escuela durante 35 años y enseñó a un montón de personas a escribir y a expresarse.
“Me contó el concepto de lo que quería hacer que era describir la relación entre madres y artistas y profundizar en las circunstancias de contexto y creativas que de alguna forma influyeron en cada uno de esos artistas y me pareció muy interesante porque todo lo que he hecho ha sido gracias a las lecciones que me enseñó mi mamá cuando era un niño, la responsabilidad, la ética del trabajo... todas esas cosas y pues eso comenzó con ella”, dijo Dave durante su participación, a lado de su madre, en el Festival de Libros de Los Ángeles.
Así, durante tres años, Virginia, con la curiosidad que le despertaba el saber cómo las madres de otros artistas sentían, reflexionaban, asumían y se acostumbraban al éxito de sus hijos, se dio a la tarea de rastrear, viajar —a donde fuera que estuvieran— y entrevistar a 17 mujeres como Verna Griffin, mamá de Dr. Dre; Carolyn Williams, mamá de Pharrell Williams; Janis Winehouse, madre de Amy, y Marianne Stipe, madre de Michael Stipe, entre otras, que han sido el pilar más fuerte en la vida personal y profesional de sus hijos, para comparar sus experiencias y plasmarlas en este libro.
“Me parece que la música es algo natural en todos ustedes. Es en algo que coincidí con todas las mamás con las que hablé, algo misterioso sucedió con cada uno de nuestros hijos que la música simplemente emergió en diferentes momentos.
“Para muchas al principio fue difícil porque la escuela tenía que ser la prioridad, era algo tradicional en las familias, y varios de ellos fueron excelentes estudiantes por las exigencias de sus padres, pero fue entre los 12 y los 13 años —que es una edad mágica— que ellos eligieron que su sueño sería la música y nosotras tuvimos que elegir entre subirnos al tren con ellos y apoyarlos o resistirnos por un tiempo y que al final terminarían yendo tras su sueño”, señaló Virginia durante el mismo evento.
Si bien el apellido Grohl es uno de los más conocidos en la música por el trabajo que Dave hace con Foo Fighters, fue al lado de Kurt Cobain y Kris Novoselic, en Nirvana, lo que lo catapultó a los reflectores mundiales, y para Virginia ése fue uno de los periodos más sorprendentes y duros de la carrera de su hijo.
En From Cradle To Stage Virginia no pudo dejar de lado esos cuatro años en los que Nirvana revolucionó la música y de una forma muy respetuosa plasmó su experiencia al lado de la banda y de Wendy Cobain O’Connor, mamá de Kurt.
“Cuando decidí ir en mi viaje de encuentro con 'las mamás', Wendy se encontraba en el tope de la lista. Ella fue la primera mamá rockera que conocí. Nos mantuvimos en contacto por varios años, en los que hubo brechas, tiempos dolorosos en los que no hubo comunicación... cuando la tragedia nos llevó por caminos diferentes.
“En el más reciente aniversario luctuoso de Kurt la llamé y estuvimos hablando por un largo rato en el que decidí no hacerle el mismo tipo de entrevista que al resto de las mamás ya que ella quería que compartiera en el libro las cosas que yo recordaba de Kurt, recuerdos que la consolaran y le recordaran la timidez y dulzura natural de su hijo”, describe Virginia en un fragmento del libro.
Virginia Grohl, tras años de ver a David —como ella lo llama— obsesionado con la música y la batería, cuando su hijo tuvo 17 años sostuvieron la inevitable plática en la que Dave decidió no entrar a la preparatoria y, en vez de eso, sumarse a la banda de punk Scream con la que se iría un año de gira por Europa. A su regreso se convertiría en el baterista de Nirvana.
“Conocía a los chicos, era una banda importante en Washington, DC. No sólo cantaban gritando, también estaban políticamente motivados y había un movimiento de bandas de este estilo en ese momento, así que no sólo era algo por diversión.
“Los chicos de Scream eran ocho o nueve años mayores que David, él era el más joven y confiaba en él. De pronto un día supe que se iban a Europa y pensé que eso era una mejor educación que estar sentado en el salón viendo hacia la ventana cuando podría estar en París o Ámsterdam y sonó bien para mí. Mucha gente pensó que estaba mal, pero para mí era lo correcto”, recordó Virginia en el encuentro literario de Los Ángeles.
Grata experiencia
Dave Grohl recuerda que una de las anécdotas que vivió con su mamá cuando formaba parte de Scream fue que, acostumbrados a ir todos los domingos a escuchar jazz al One Step Down en Wa-shington, donde los músicos podían subir a improvisar con la banda local, un día Dave y Virginia asistieron por el cumpleaños de ella y fue cuando le pidió a su hijo que subiera al escenario a tocar la batería.
Dave, vestido con pantalones de mezclilla rotos y con peinado Mohawk, se anotó en la lista para subir –lo cual lo hizo rezar para que no vocearan su nombre-, sin embargo lo presentaron y el joven músico se apoderó del instrumento, completamente apenado, solo por complacer a su madre. “Una de las mejores cosas que pueden hacer los padres es exponer a sus hijos a todo tipo de música. Mi mamá nunca me dijo que no escuchara o dejara de escuchar algo”.