Brigitte Trogneux y Emmanuel Macron se conocieron en el liceo jesuita La Providence, en Amiens. (AP)
En las últimas semanas, cuando Emmanuel Macron no había ganado aún las elecciones presidenciales en Francia, circuló más que nunca en los medios franceses la historia de amor entre el candidato de 39 años, y su esposa, Brigitte Trogneux, de 64.
Hoy es el presidente y la primera dama de Francia.
Se conocieron en el liceo jesuita La Providence, en Amiens, donde se educan los hijos de la burguesía local. Ella daba clases de lengua, estaba casada y tenía tres hijos.
Él, uno de sus alumnos, tenía 17 años y leía poemas en voz alta en el aula. Allí se enamoraron y empezaron su relación.
Ella dejó a su esposo preocupada por cómo lo tomarían sus hijos y sus propios padres, de extracción conservadora. Se casaron unos años después, en el 2007, en Touquet donde compraron una casa donde viven desde entonces.
En una ocasión, Brigitte brindó una entrevista en Paris Match donde contó "al final el amor lo arrasó todo y terminé divorciándome de mi marido. No pude evitarlo. Mis padres, ya mayores, no se lo tomaron muy bien, pero para mí no era un problema la diferencia de edad. Lo más importante eran mis hijos, que lo aceptaron sin problema. El resto es escoria".
Pero después el candidato, exbanquero y exministro de Economía lamentó sus dichos públicos: "mi esposa ha cometido un error hablando con Paris Match", dijo Macron.
Desde entonces, él convivió con los hijos de ella con un banquero: Sébastien, Laurence y Tiphaine, hoy ingeniero, cardiólogo y abogada. Ellos, a su vez tienen siete hijos, a quienes Macron trata como si fueran sus propios nietos.