“Eduardo de la Mora se ha sumado a campañas nacionales que promueven la desigualdad, ha realizado
El alcalde suplente del presidente municipal de La Paz “es pilar institucional de una lesbo-homo-bi-transfobia, pues promueve negar la articulación de políticas públicas que son obligatorias en los medios, la educación, la cultura, la normatividad”
Iván Gaxiola Beltrán
La Paz, Baja California Sur.- En entrevista con Diario El Independiente, Alma Margarita Oceguera Rodríguez, activista en favor de los derechos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Travesti, Transexual e Intersexual (LGBTTTI) y líder del Centro Cultural Esperanza Rodríguez, advirtió que desde su punto de vista la virtual llegada de Eduardo de la Mora Peña a la presidencia municipal de La Paz, ya por las aspiraciones político-electorales de Armando Martínez Vega rumbo a 2018 o por el caso polémico de su condición de salud, sería un peligro institucional, “pues promueve negar la articulación de políticas públicas que son obligatorias en los medios, la educación, la cultura, la normatividad”.
“Eduardo de la Mora se ha sumado a campañas nacionales que promueven la desigualdad, ha realizado convocatorias para que las personas del mismo sexo no ejerzan su derecho al matrimonio igualitario, contraviniendo así el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, también ha sido insistente en su campaña lesbo-homo y transfóbica”, indica Oceguera Rodríguez. “Esto se traduce en lo siguiente: el suplente del alcalde promueve con sus actos que todos los derechos humanos no son para todas las personas”.
La activista recuerda que el artículo primero constitucional, en el párrafo tercero, señala que “todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad”, por lo que “en consecuencia el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley”, y promover que una persona no ejerza sus derechos humanos “es contrario a la ley”.
“El Estado debe investigar y sancionar no sólo la violación a los derechos humanos sino que, tratándose de una autoridad, suponiendo sin conceder que Eduardo de la Mora protestase como alcalde, estará obligado por mandato de ley a promover, respetar, proteger y garantizar todos los derechos humanos de todas las personas del municipio de La Paz”, pero “surge una pregunta”, sugiere, “habiendo sido protagonista y líder de una campaña que exige que un grupo de la población no goce de todos los derechos humanos reconocidos en nuestra constitución, con este antecedente, ¿podría Eduardo de la Mora protestar como alcalde?” Y es que “los derechos humanos son universales, interdependientes y progresivos”, mientras que “las conductas de Eduardo de la Mora son muestra de un retroceso social, del fortalecimiento de la ignorancia, del oscurantismo, con el apoyo de argumentos tanto de las épocas medieval como del nacionalismo nazi, a través del Frente Nacional de la Familia, que enarbola el absurdo de una obligada normalidad de la heterosexualidad contra el ejercicio libre y voluntario de la orientación sexual e identidad de género”, sostiene.
“En De la Mora el argumento es religioso, no lógico ni constitucional, sobresale el comentario de odio y el fanatismo político, arcaico, por encima del avance científico, la dignidad, la seguridad, la inclusión, la cohesión social”, dice la directora del Centro Cultural Esperanza Rodríguez, considerando que “esto, sin duda, es muy grave para toda la sociedad y un sano y armónico desarrollo en todos sus ámbitos”.
“Una gran parte de la ciudadanía heterosexual y no heterosexual de nuestra entidad, en redes sociales y en lugares públicos, ha expresado su rechazo total. Las autoridades deben ser contundentes para aplicar las sanciones que corresponden y no lo han hecho. El fondo de esto es el control social de grupos en el poder. No sólo impacta en la violación a los derechos humanos de algunas poblaciones, como son las familias lesbomaternales y homoparentales y las poblaciones que requieren ser respetadas por su condición de orientación sexual e identidad de género, no permitirlo y promover no armonizar la normatividad en Baja California Sur es también un atentado abierto al artículo uno constitucional, a la Ley Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, a la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres, al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como al Estado laico, a la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que en su artículo ocho fracción primera que señala a todas las asociaciones religiosas sujetarse siempre a la Constitución y a las leyes que de ella emanan y respetar las instituciones del país, y también en el mismo artículo en su fracción cuarta a propiciar y asegurar el respeto integral de los derechos humanos de las personas”.
En el mismo sentido, Alma Margarita Oceguera recuerda que en el artículo 29, respecto a las asociaciones religiosas, se habla de infracciones, sanciones y recursos de revisión, y se precisa que “constituyen infracciones a la presente ley, por parte de los sujetos a que la misma se refiere [fracción IV], promover la realización de conductas contrarias a la salud o integridad física de los individuos [fracción IX] y convertir un acto religioso en reunión de carácter político”, hechos de los que “el señor Eduardo de la Mora ha sido partícipe”, insiste, por lo que lo apunta como “una real amenaza al estado de derecho por sus acciones y abierto rechazo a reconocer los avances en materia de derechos humanos en la Constitución Mexicana y convenciones internacionales”.
“Esto debiese ser suficiente para que toda la ciudadanía rechazara su nombramiento. El respeto al estado derecho está siendo vulnerado en Baja California Sur en muchas temáticas de manera escandalosa: en los derechos sexuales y reproductivos; en los derechos ambientales, culturales y colectivos; en la libertad de expresión; en el derecho al acceso a la información; en la erradicación de violencia y de feminicidios; en la adecuada aplicación de la Norma Oficial Mexicana 046 y los protocolos de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren la orientación sexual e identidad de género, entre otros tantos. Actualmente los talleres acientíficos y fraudulentos que promueven quitar la homosexualidad y el lesbianismo son caldo de cultivo para el bullying y la violencia y los crímenes de odio basados en la orientación sexual e identidad de género. Prometen curar de algo que no es una enfermedad, prometen quitar algo que es un derecho y absoluta decisión personal. De la Mora representa una línea institucional que ha imperado: la violación abierta al estado de derecho, al Estado laico, a la Constitución Mexicana, su discurso pausado y generalmente tranquilo es un discurso basado en un planteamiento que defiende la desigualdad, la exclusión y la discriminación, la violencia y da fuerza a mentalidades que se permiten desacreditar y descalificar a otras personas por el simple hecho de no ser heterosexuales, y eso es motivo de sancionar de acuerdo a nuestro código penal. De la Mora es pilar institucional de una lesbo-homo-bi-transfobia, pues promueve negar la articulación de políticas públicas que son obligatorias en los medios, la educación, la cultura, la normatividad”.
En algunos medios de comunicación, De la Mora Peña ha asegurado que, de llegar a la alcaldía de La Paz, no mezclaría la campaña del Frente Nacional por la Familia con su actuar público, aunque descarta que este paso, tomar la presidencia municipal, sea un hecho. En caso de asumir la suplencia, considera, sería “muy muy muy al final” de la administración de Martínez Vega y luego de realizar una valoración personal “para determinar si es conveniente que participe o no”.
Igualmente, ha dicho que de llegar a protestar como alcalde suplente de La Paz, trabajaría en combatir la opacidad en asuntos de nómina, lo que sigue siendo, a su juicio, un lastre para el Ayuntamiento. "En lo que me fijaría sería en la opacidad, en el personal que esté percibiendo un sueldo y que en este caso no esté haciendo el trabajo que le corresponde, o que sea un sueldo fuera de las responsabilidades, que no coincida con la responsabilidad que está ejecutando", dijo el empresario.