Guillem Errando Simón, director artístico de la OSEA BCS, ofreció una entrevista exclusiva para Diario
En BCS la orquesta de Fundación Azteca cuenta con cerca de 200 alumnos, desde los 6 hasta los 23 años de edad
La Paz, Baja California Sur.- Este 13 de junio, a las 8 de la noche, la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca Baja California Sur (OSEA BCS) celebrará en el Teatro de la Ciudad su segundo aniversario, con el concierto Un Aniversario de Película, donde interpretarán piezas de autores como Hans Zimmer, John Williams y Evangelos Odysseas “Vangelis”.
Guillem Errando Simón, director artístico de la OSEA BCS, ofreció una entrevista exclusiva para Diario El Independiente, donde dijo que este será “un concierto lleno de sorpresas”, aunque prefirió guardarse detalles del espectáculo, además de dar a conocer los nombres de ciertos compositores aludidos. Mostró que actualmente la plantilla de la orquesta es de aproximadamente 200 alumnos, aunque no todos ellos completamente integrados a la orquesta, pues “hay un breve lapso de preparación desde que los alumnos acceden al programa hasta que tienen el nivel técnico para incorporarse a los ensayos familiares y tutti, donde tocan de forma conjunta con el resto de integrantes”, explica.
“El rango de edades de los músicos varía un poco en función de la sección a la que pertenecen. En coro aceptamos a niños desde seis años hasta jóvenes de veintitrés, mientras que en la orquesta el rango se sitúa entre los ocho y los diecisiete años de edad. Tenemos también en consideración los resultados de las audiciones de cada aspirante. Hay niños de seis, siete u ocho años que llegan con la intención de aprender a tocar un instrumento pero, por su edad y su estatura, les sugerimos acceder inicialmente al coro. De esa forma empiezan a familiarizarse con la música, aprenden a leer partituras y experimentan la rutina, la necesidad de constancia y el esfuerzo que implica la preparación de los conciertos. Cuando crecen un poquito, si siguen teniendo la inquietud de aprender a tocar un instrumento y han demostrado compromiso con el proyecto, buena asistencia, puntualidad en los ensayos, buena actitud, se les brinda la oportunidad de acceder a las clases de instrumento. También sucede a la inversa: hay chicos que inicialmente acceden como instrumentistas y que acaban cantando en el coro. Ambas formaciones se complementan a la perfección”.
Los niños y jóvenes que han pasado por la orquesta se cuentan por cientos, y aunque no todos permanecen en la orquesta, “la orquesta permanece en todos ellos”, afirma el director, pues “la experiencia que les deja es una huella imborrable”. Desde que el proyecto empezó a operar en el Estado, se han obtenido logros de todo tipo, pero principalmente en el plano artístico y en el plano social, según señala, lo cual “no puede ser de otra forma, puesto que el principal objetivo de este proyecto es mejorar la vida de los niños, sus familias y su comunidad a través de la enseñanza artística. De ahí lo de ‘tocando vidas’. En Esperanza Azteca, la música es el vehículo para lograr un gran efecto de cohesión e integración social”. No obstante, enfatiza que “eso no supedita la música a un segundo plano, ya que la excelencia artística es el máximo objetivo”, toda vez que “es a través de ella que se logra transmitir los altos valores de compromiso, constancia, esfuerzo, compañerismo, disciplina y tolerancia que afectan y elevan a todos los que rodean la orquesta”.
“Niños, familias, profesores, benefactores o directivos, todos se implican y se sumergen en los esfuerzos y los logros del proyecto. Este es un proyecto pensado para familias de bajos recursos. Más allá del evidente beneficio formativo y cultural que implica para los niños el poder disponer de instrumentos y clases gratuitas con maestros de alto nivel y de forma tan intensiva, hay otros logros que sin duda cabe mencionar. Se ha demostrado que la música potencia el uso de múltiples áreas cerebrales y que tiene efectos beneficiosos a nivel cognitivo en incontables aspectos del ámbito académico y cotidiano. Pero, a mi juicio, los mayores éxitos se presentan a nivel social o humano. El maestro Abreu, creador del sistema de orquestas de Venezuela, personaje visionario, impulsor de esta corriente de desarrollo social a través de la enseñanza artística en la que se enmarca Esperanza Azteca, comenta en uno de sus discursos que hay esencialmente dos tipos de pobreza. Por un lado, habla de la pobreza más visible, la pobreza en la que pensamos cuando nos referimos al propio término: sed, hambre, frío, carencias materiales, médicas o económicas. Por otro lado, habla de la pobreza intangible, una pobreza que sin duda acompaña a todas esas miserias más palpables pero que puede llegar a pasar más desapercibida. La pobreza espiritual surge precisamente cuando alguien no tiene dónde dirigirse, nada a qué aferrarse o algo qué anhelar. Y esa es una carencia que la orquesta suple de una forma indiscutible: la música confiere aspiraciones, requiere estudio, concentración, constancia, disciplina, compañerismo e interacción con un amplio grupo de personas. Y todo eso desemboca en un gran reconocimiento social, en mayor integración, satisfacción personal, en un aumento de la autoestima y en la adquisición de una identidad”.
Por otra parte, en un plano más individual y focalizado en el plano artístico, alumnos sudcalifornianos han sido seleccionados para formar parte de la OSEA Regional del Noroeste, la OSEA Nacional, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (OSIM), otros han participado como solistas en diversos conciertos y algunos se prepararan para acceder este próximo año a distintas universidades y conservatorios donde cursarán licenciaturas en música. Guillem Errando adelanta que se prevén “varios proyectos”, algunos “en fase de materializarse”, revelando que volverán a presentar un homenaje al “Divo de Juárez”, Juan Gabriel, en Ciudad Constitución, a mediados de julio en el marco de la Expo Comondú; que preparan un concierto a beneficio del DIF en Los Cabos, teniendo como experiencia uno realizado en abril con “sold out” en el Teatro de la Ciudad de La Paz; y que han iniciado pláticas con Los Cabos Children Foundation para concretar una serie de colaboraciones que incluirán un flash mob y un concierto solidario, para el próximo curso académico.
Finalmente, el director artístico de la OSEA BCS invita a todos los niños y jóvenes de La Paz con inquietudes musicales a acercarse a la orquesta. “Pueden pasar por nuestra sede”, anota, ubicada en la Secundaria Técnica 1 (ETI), en calle Isabel la Católica esquina con 5 de Mayo, “cualquier día, de lunes a viernes, de cuatro de la tarde a ocho de la tarde. Les pediremos que llenen un formato con información de contacto básica y les asignaremos un día para audicionar. No necesitan tener conocimientos musicales previos, tan sólo demostrar aptitudes y ganas de aprender. ¡Les esperamos!”.
Esperanza Azteca es un proyecto impulsado por Ricardo Salinas Pliego y operado por el presidente de Fundación Azteca, Esteban Moctezuma, bajo la dirección artística nacional del maestro Julio Saldaña. Actualmente el proyecto lo integran más de 70 orquestas en el interior de la república, una en El Salvador y una en Estados Unidos (EEUU).