A sus 77 años de edad, Eliseo Urías recuerda llegar a Baja California Sur (BCS) proveniente de Sinaloa...
Entrevista con Eliseo Urías Pérez, promotor, juez y comisionado de boxeo por 50 años
La Paz, Baja California Sur.- El boxeo, gracias al desarrollo de su técnica y el arraigo en la cultura popular, puede estudiarse sin duda como un arte, muestra Eliseo Urías Pérez, promotor, juez y comisionado de boxeo a lo largo de 50 años, quien en entrevista exclusiva para Diario El Independiente considera que después de este tiempo a nivel internacional el deporte ha perdido su esencia para convertirse en un negocio, mientras que a nivel local las grandes figuras se han acabado, lo que lamenta evocando grandes tiempos del box sudcaliforniano y nacional.
A sus 77 años de edad, Eliseo Urías recuerda llegar a Baja California Sur (BCS) proveniente de Sinaloa el 3 de febrero de 1959. En aquellas fechas el empresario Edmundo Andrade construía la Arena California, que se ubica en la calle Ignacio Altamirano, entre Constitución y Miguel Hidalgo, y para el año de 1967 se integraría a la Comisión Estatal de Boxeo, mientras Antonio López Peralta era el presidente. Piensa que el box “definitivamente” es el deporte de contacto más representativo en BCS y que sus días de gloria empezaron a decaer en la época del nuevo siglo.
De los años 60, esta leyenda detrás del ring tiene en la memoria a peleadores como Cemito Arreola, quien en Estados Unidos (EEUU) era conocido como “El Rielero Arriola”, Guillermo “Memo” Ayón, “El Molote” Cota y “Kid Aztekita”, cuyas peleas se anunciaban por perifoneo en la calles de La Paz y San José del Cabo (SJC) y aparecían en diarios como “Últimas Noticias” y “Acción”. Asimismo, recapitula peleas como la del cubano Manuel Armenteros, quien antes de llegar a tierras sudcalifornianas “había arrasado con varios mexicanos”, y Mario Villa, un sinaloense arraigado en la media península, “se entercó” en pelear con él, pero aquella “fue una pelea desigual”, asegura, pues el isleño “tenía mucha calidad” y “no duró mucho el pobre Mario Villa”, cayendo noqueado en el tercer round; igualmente tuvo enfrentamientos en estas tierras Enrique Esqueda, conocido como “El artista de la mano izquierda”, quien enfrentó y venció al Cemito Arreola; y Raúl “El Ratón” Macías, “perseguido por las mujeres”.
Más tarde, en la década de los años 70, cuando las batallas se escuchaban en W Radio con la narración de Jorge “Sony” Alarcón y Antonio Andere, BCS ya era una plaza conocida y acudieron figuras como Rubén “El Púas” Olivares, que incluso luchó 2 veces en el Estado, las peleas 19 y 21 de su carrera, la primera con un tailandés que noqueó antes del cuarto round y la segunda con Felipillo González. En La Paz, mientras los pantalones acampanados regían la moda, los entrenadores que destacaban eran Arturo Morales y Pedro de Jesús León “El Killiki”, afirma, mientras que los promotores y empresarios que hacían el escenario eran Raúl Olachea, Víctor Manuel Liceaga Ruibal, Fernando Castanier y Armando Romero Balcázar.
Con los 80 y los 90 también llegaron peleadores muy buenos, continúa el experimentado Urías Pérez, rememorando a Francisco “El Chango” Carballo e Isaías “La Bestia” Lucero. Sin embargo, critica, fue en esos momentos cuando el boxeo sudcaliforniano empezó a debilitarse, ya que los peleadores “desgraciadamente se desviaron del camino”.
“Agarran dinero y fiestas y pisteadas. Eso es lo que los hace perder a los muchachos […] Siempre les dije ‘dedíquense el cien por ciento al box cuatro años o cinco y después hagan lo que quieran, se tiran a una alberca llena de cerveza si quieren, pero cuídense’, porque la condición se acaba”.
Después, aunque el gobernador “Leonel Cota Montaño fue un entusiasta del boxeo”, así como su sucesor, Narciso Agúndez Montaño, y se disfrutaron de peleas de relevancia, afirma el miembro más antiguo de la Comisión Estatal de Box, a partir del año 2000 el nivel decreció y el negocio empezó a volverse más evidente. En este sentido, hay un enfrentamiento que no olvida, el de Jorge Kahwagi Macari contra Roberto Coelho en la Cancha Manuel Gómez Jiménez.
“La paré, prendí los focos rojos. El Kahwagi no era peleador, él quiso hacerse peleador pero no era […] Le pegó en el primer round el brasileño [Roberto Coelho] una friega, salió [Jorge Kahwagi] con las narices sangrando y toda la cosa. Yo, observando de la orilla del ring, ahí estaba de comisionado yo, vi que se desplazó uno de los del Kahwagi a la esquina del otro y le ofreció dinero. Qué casualidad que en el segundo round no tiró golpes después de haberle pegado una paliza en el primero […] Por poco y me tocan a mí los botellazos de la gente, zumbaron botes al ring […] El público de La Paz es amable, pero conocedor”.
Es así que, desde su perspectiva, según la evolución local y nacional del box, la expectativa es “muy mala”, pues en el Estado “no hay apoyo, no hay un gimnasio que hagan a propósito para el boxeo”, e “internacionalmente lo han visto no como deporte sino como negocio”.
“Las empresas explotan todo, hasta para los entrenamientos cobran, esa gente es de dinero pa’ todo, entonces cuando tú tienes un peleador favorito no sabes si hay arreglos”, indica para culminar la charla, al destacar la predecible derrota de Julio César Chávez junio contra Saúl “Canelo” Álvarez, pues el hijo del peleador sinaloense que hiciera historia “es un muchachito que no tuvo hambre, como el papá, pues él nació con todo”, lo que le resta “instinto” y “voluntad”.
Cabe recordar que el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), junto al Instituto Sudcaliforniano del Deporte (Insude), reconocieron recientemente la carrera y las aportaciones de Eliseo Urías Pérez en el box sudcaliforniano, al mismo tiempo que fue inaugurada una exposición de fotografías, guantes autografiados, cinturones de campeonatos mundiales y demás emblemas del boxeo nacional en el Centro de Artes, Tradiciones y Culturas Populares de BCS, la cual permanecerá hasta el mes de junio.