CIUDAD DE MÉXICO. Las mujeres ya no son la excepción en el mundo de los timbales, el saxofón, las trompetas y la batería. Así lo confirman a Excélsior instrumentistas como
Las mujeres ya no son la excepción en el mundo de los timbales, el saxofón, las trompetas y la batería. Así lo confirman a Excélsior instrumentistas como Gabriela Jiménez Lara, Alejandra Rosas Olvera, Sofía Zumbado y Liliana Rodríguez, quienes hablan sobre el panorama que enfrentan en el ámbito musical, y cómo ha sido el proceso para eliminar las etiquetas de género en sus respectivos instrumentos.
La primera en hablar Jiménez Lara (Ciudad de México, 1963), timbalista y percusionista principal de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), y de la Sinfónica de Minería (OSM); reconoce que este instrumento ha sido habitualmente identificado para intérpretes varones.“Podríamos mencionar orquestas como la de Berlín que, por años, estuvo integrada sólo por varones, pero poco a poco se incluyeron maestras. Ahora, en el mundo de los timbales es cierto que se le asocia como instrumento masculino, porque necesita de mucha fuerza y total determinación”, explica la instrumentista que ha encontrado lo sublime en piezas como la Novena Sinfonía de Beethoven, la Consagración de la Primavera, entre otras obras.“He encontrado en los timbales una dualidad femenino-masculino, yin yang, blanco y negro, perspectiva interesante que muestra ese rasgo femenino característico en el que puedo manejar diferentes texturas.” Lo cierto es que, eventualmente, esta instrumentista sí ha hallado un panorama lleno de escepticismo, donde a ciertas personas no les gusta ver mujeres en ciertas posiciones de la orquesta. “Es una cuestión personal y nada que ver con la música. Sin embargo, en los timbales he descubierto posibilidades infinitas y cada día estoy más feliz por ello”.
“En este ámbito, claro que he hallado resistencias. Es como en cualquier otro: una cuestión cultural, educativa y, obvio, una no está ajena a ello en este campo dominado por hombres. Sin embargo, lo que al final te da un lugar es tu desempeño”, explica.Y junto a su trabajo como solista se ha dado tiempo para la investigación, como la vida y obra del trompetista mexicano Rafael Méndez, que hoy se encuentra en el olvido. Pero más allá del trabajo académico, se inclina por la ejecución de su instrumento, “que me ha ayudado a superar inseguridades, a confiar en mí misma y encontrar una forma de expresarme, en foros como el Cenart, la Fonoteca Nacional, el Alcázar del Castillo de Chapultepec, entre otros foros.
“No sé si es una idea de ciertas mujeres o no, o si es políticamente correcto hablar de un machismo real en el campo laboral. Lo que sí creo, tal vez, es que una mujer que ocupa un espacio en un campo mayoritariamente masculino, tiene que demostrar mucho más que un hombre, así que es necesario hacer el doble de cosas para que sea notorio tu trabajo profesional. Porque si esa mujer no llega realmente a destacar en su campo, se convierte en una más que lo intentó”, reconoce.Y sobre su especialidad afirma: “El saxofón es un instrumento relativamente nuevo, un instrumento que se ha adaptado a todo tipo de géneros, desde el rock y la salsa, hasta el merengue, pop, electroacústica y de cámara; es un instrumento fácil de transportar, estético, llamativo, y accesible y de muchos registros”.