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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

Mauricio Montiel Figueiras, brilla por su ausencia

CIUDAD DE MÉXICO. Si la asistencia a sus propias actividades fuera la manera de evaluar el desempeño de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del INBA, su titular, M

Mauricio Montiel Figueiras, brilla por su ausencia

CIUDAD DE MÉXICO.

Si la asistencia a sus propias actividades fuera la manera de evaluar el desempeño de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del INBA, su titular, Mauricio Montiel Figueiras, reprobaría con toda seguridad. Durante todo 2016, el escritor “brilló por su ausencia” en las diferentes actividades que organizó la dependencia y sólo asistió al 14% de los 136 actos que durante año organizó la coordinación en diferentes foros.

Montiel Figueiras, nombrado por María Cristina García Cepeda (actual secretaria de Cutlura) el 2 de febrero de 2015, en sustitución de la cesada Stasia de la Garza, no acudió ni a los homenajes a Hugo Gutiérrez Vega o Elena Garro, o a los aniversarios de Esther Seligson y Agustín Monsreal. De acuerdo con el recuento, mes por mes, de todas las actividades que la CNL realizó el año pasado –cuya copia posee Excélsior–, Montiel Figueiras sólo acudió a 19 de los 136 eventos que fueron realizados.
Definitivamente tendría que asistir a las actividades, de alguna manera es una forma de atender las actividades que coordina, eso es elemental, estar al tanto de lo que está sucediendo”, considera la poeta y promotora cultural, María Rivera. El año pasado, el autor tapatío sólo asistió en promedio a 1.5 actividades por mes y hubo meses, como el de octubre y diciembre, en los que nunca se apareció a sus propios eventos.
Una de esas ausencias fue el acto que se realizó el domingo 19 de junio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde el poeta David Huerta presentó junto a José María Espinasa, Pablo Mora y Fernando Fernández el libro De marras, de Gerardo Deniz. En esa ocasión, un desaguisado con el personal del Palacio de Bellas Artes terminó en una petición de Huerta al entonces secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa para que las presentaciones en el espacio cultural no estuvieran limitadas a sólo una hora (Excélsior 20/06/2016). Como en otras actividades, en esa tampoco estuvo presente el coordinador de Literatura. El auxilio tardó en llegar una semana después, cuando Montiel Figueiras llamó personalmente a Huerta para exculparse. “Alguien del Palacio de Bellas Artes, no de la oficina de Literatura, le dijo al moderador que no podíamos pasarnos de una hora, a mí me tocó al final y me tocaban cinco minutos, no pude leer mi presentación, me sentí muy incomodo y lance una pulla contra Rafael Tovar. Muy poco después recibí una llamada de Mauricio Montiel, que es amigo mío, y me explicó que era un asunto del Palacio de Bellas Artes, me dio mucha pena”, dice. La gente que labora junto al autor de Ciudad tomada dice que la ausencia en el trabajo es el sello que siempre le han caracterizado. A su oficina acude en promedio tres días a la semana y siempre está dispuesto a viajar. En lo que lleva como coordinador de Literatura, el abandono a sus propias actividades sobrepasa incluso las de su antecesora, Stasia de la Garza, quien durante 2014 –su último año de gestión–, acudió a 65 de las 193 actividades que se realizaron bajo su coordinación. En enero del año pasado por ejemplo, Montiel Figueiras sólo acudió al ingreso de Rosa Beltrán a la Academia Mexicana de la Lengua y en mayo, su única presencia fue al recordatorio en honor de Carlos Fuentes; un mes después, en junio, sólo acudió al ciclo Protagonistas de la literatura mexicana, dedicado a Francisco Hernández, pero ese mes su presencia fue permanente durante tres días en San Luis Potosí, cuando se llevo a cabo el Primer Festival Internacional de Novela Negra Huellas del crimen. Ilustración: Horacio Sierra

SIN REPRESENTACIÓN

La ausencia de Mauricio Montiel Figueiras en las actividades que la CNL del INBA realiza es sólo un síntoma de la situación en la que se encuentra la dependencia. María Rivera piensa que la institución ha dejado de representar los intereses de los escritores a nivel nacional. “La coordinación tiene que funcionar como una auténtica institución nacional, para empezar, creo que tiene graves deficiencias a nivel de convocatoria para todas las actividades que organiza, de pronto uno no sabe por qué razón invitan a unos y a otros no. Me parece que su director, Mauricio Montiel, se ha conducido de manera muy poco ética, para decirlo levemente”, dice Rivera. La poeta piensa que no existe posibilidad de representatividad nacional cuando su coordinador se ha dedicado a insultar a escritores a través de las redes sociales y a bloquear a otros de su cuenta personal de Twitter. Rivera se refiere a la discusión que Montiel Figueiras sostuvo en junio de 2016 con el escritor Heriberto Yépez y a la que se sumaron otros autores, que acabaron siendo bloqueados por el coordinador. “Es un comportamiento totalmente equivocado, un coordinador Nacional de Literatura de ninguna manera debería atacar a ningún escritor públicamente, está completamente fuera de su función y el problema que yo veo es que había un completo desdén por parte de María Cristina García Cepeda (extitular del INBA) que era la encargada directa de supervisar cómo estaba la coordinación y qué tipo de actitudes tenía su coordinador”. El escritor Alejandro Toledo tuvo una experiencia similar: la CNL lo invitó a ser jurado de uno de los premios nacionales de literatura que cada año se otorgan y sin ningún argumento, después simplemente lo apartaron. “Ya casi con los trabajos en la puerta de mi casa se me avisa que siempre no, que hubo un cambio de planes, lo que me pareció una grosería. Luego, al intentar conversar sobre esto con el coordinador, encuentro que hay muchos muros para contactarlo”.
Incluso su cuenta en Twitter era una torre de marfil, inaccesible para los mortales. En otras administraciones, lo primero hubiera sido una disculpa directa, una llamada telefónica cálida, por lo raro de la situación... Acá no hubo nada de eso. Es extraño que un funcionario público tenga esas disfunciones sociales, que no sienta la necesidad de dar explicaciones, como si estuviera más allá del bien y el mal”, cuenta.
La experiencia lo dejó con un sentimiento encontrado, después del trago amargo se le pidió diseñar paseos literarios “e incluso volví a ser llamado a ser jurado y esta vez no hubo contratiempos. Si con el coordinador no hay entendimiento alguno, parece ser que las otras piezas de esa oficina gubernamental están trabajando bien”, cuenta. Más cauto, el poeta David Huerta piensa que si bien no conoce con exactitud la labor de la CNL, ésta podría hacer más por la poesía. “No tengo mucha idea de cómo está haciendo las cosas, creo que podría ocuparse más de la poesía, pero pues eso siempre es un asunto en todos lados. No he participado mucho, más que lamentablemente, en esa ocasión”, afirma.
Antes creo que sí fue importante lo que hizo la coordinación y sobre todo para quienes la han encabezado, porque les ha servido para su currículum, para los escritores supongo que también”. Aunque advierte que otras oficinas como la Dirección General de Publicaciones (DGP) de la Secretaría de Cultura realiza un trabajo más llamativo: “ha estado más activa y he participado con ellos en varias cosas, con Bellas Artes prácticamente no he hecho nada”, dice.
Excélsior intento hablar con Montiel Figueiras para conocer la causa de sus ausencias en las actividades literarias que realiza y los motivos por los que se ha enemistado con otros escritores, pero la oficina de Comunicación del INBA no respondió a la petición de información.