El hipopótamo Gustavito sufrió múltiples golpes en varias partes de su cuerpo, realizados con objetos contundentes y cortopunzantes por personas desconocidas e inescrupulosas
La violencia que abate a este pequeño país alcanzó a Gustavito, el único hipopótamo del zoológico nacional.
Aquí ya estamos acostumbrados a ver muertos todos los días. Nos matan como a moscas, pero esto es el colmo. Mataron a un animal que lo único que hacía era divertirnos", dijo Martín Castillo, un trabajador del comercio informal en el centro histórico de la capital.El Salvador, uno de los países más violentos del mundo, cerró 2016 con un registro de 5 mil 278 personas asesinadas y un promedio de 14.4 muertes violetas por día, lo que implica una reducción de mil 378 homicidios en comparación con 2015, cuando confirmaron 6 mil 665 homicidios, la mayoría perpetrados por las maras o pandillas que también están involucradas en narcotráfico y otros delitos como extorsión. Y aunque muchos salvadoreños parecen haberse acostumbrado a vivir bajo la sombra de la muerte, no aceptan que hayan matado a Gustavito. "En la guerra vivimos cosas terribles, con las pandillas ha seguido esto, pero matar un animalito que no hacía daño, eso no tiene nombre", agregó Castillo. Varias personas llegaron hasta el portón principal del zoológico para dejar flores en honor a Gustavito y todos expresaron su malestar por lo ocurrido. "Estamos indignados. Nosotros no sabíamos que habían matado a Gustavito y la sorpresa fue cuando llegamos y la puerta estaba cerrada", dijo Carmen Rogel, que con frecuencia llevaba a su nieto a visitar a los animales.
Tenía hematomas en diferentes partes del cuerpo, un agujero en la pata, heridas en la mejillas, un golpe en el parpado y heridas internas en la boca", explicó en conferencia de prensa el director del Zoológico Nacional, Vladan Henríquez.El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde, dijo a periodistas que abrieron una investigación que incluirá a empleados del zoológico, Gustavito, que nació y creció en Guatemala, era parte de la tercera generación de hipopótamos que nacieron en el "Auto Safari Chapín", en Escuintla, y fue trasladado a El Salvador hace 13 años.