Con esta muestra, Ben Russell pretende mostrar a los visitantes la evolución de esta tecnología que ha ayudado a mejorar la vida humana LONDRES.
Inspirado por la creencia de que es injusto el terror que sienten muchas personas sobre los robots, Ben Russell se puso a trazar la evolución de los autómatas para armar una exposición con la que espera convencer a la gente de que los androides y otras formas robotizadas en realidad pueden mejorar sus vidas.
Los robots, agrega Russell, han estado con nosotros desde hace siglos y busca demostrarlo con "Robots", una exposición que se inaugura el miércoles en el Museo de Ciencias de Londres. La exposición abarca la obsesión de la humanidad por replicarse en máquinas, hasta la robótica de la actualidad. Incluye la figura de un monje español del siglo XV con entrañas parecidas al mecanismo de un reloj, que besa su rosario y golpea ligeramente su pecho en señal de contrición, y un robot niño japonés creado en 2014, con expresiones faciales realistas y que lee noticias. En la exhibición está el inexorable Terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger, al igual que Robby the Robot, astro de la película de 1956 "Forbidden Planet", que representa el horror y la fantasía de los robots con mentes propias. También hay ejemplos de las máquinas de producción en línea a las que se culpa de dejar sin trabajo a muchas personas en las últimas décadas: un androide que abraza durante llamadas telefónicas de larga distancia para aliviar la soledad o el robot Kaspar, con la apariencia de un niño con la intención de ayudar a socializar a los pequeños con autismo."Cuando damos un vistazo tan largo, como hemos hecho con 500 años de robots, los robots no han sido cosas aterradoras, sino que han sido mágicos, fascinantes, útiles y generalmente tienden a hacer lo que queremos que hagan", dijo Russell, que trabaja en el Museo de Ciencias y fue el curador principal de la exposición.Para Rich Walker, director administrativo de Shadow Robot Company en Londres, la robótica puede hacer mucho para facilitarle la vida a los seres humanos, en particular a los ancianos o discapacitados.
"Yo soy naturalmente perezoso y me involucré en robots para que ellos puedan hacer cosas por mí", dijo Walker. Su empresa ha desarrollado una mano robótica que puede replicar 24 de los 27 movimientos naturales de la mano humana.En vista de que los humanos tienen una tasa de errores del 1% en tareas repetitivas, cometiendo fallas una vez cada dos horas, consideró que una mano robotizada podría reemplazar a los humanos en ciertas líneas de producción.