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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

Concepción Company; 'Soy obrera de la lengua'

CIUDAD DE MÉXICO. Palabras como “mordida”, “chapopote”, “híjole”, “órale” y “ándale” desaparecerán de la próxima edición del Diccionario de Mexicanismos, dice a Excélsior

Concepción Company; 'Soy obrera de la lengua'

CIUDAD DE MÉXICO.

Palabras como “mordida”, “chapopote”, “híjole”, “órale” y “ándale” desaparecerán de la próxima edición del Diccionario de Mexicanismos, dice a Excélsior la filóloga Concepción Company (Madrid, 1954), quien a partir del próximo jueves 23 de febrero se convertirá en nuevo miembro de El Colegio Nacional.

“Es sorprendente cómo se está adelgazando el conjunto de léxicos que hasta 2006 se consideraban mexicanismos. Parece broma, pero no lo es, porque recientemente descubrimos que éstas palabras ya aparecen incluídas en los diccionarios elaborados en España, para lo cual han contribuido de forma importante las migraciones y los medios de comunicación, que han globalizado nuestra lengua”. La académica reconoce que hasta el año 2006, era común escuchar en la televisión española la frase “dio una mordida, como dicen en México”. “Sin embargo, los medios de comunicación han acelerado la permeabilidad de la lengua de uno y otro lado del Atlántico, lo que ha provocado que palabras que creíamos totalmente nuestras son regalos para la lengua panhispánica”. Es el mismo caso de partículas como híjole, híjoles –que no es plural, sino una forma de acentuar la intensidad de la palabra–, órale y ándale. “Eran palabras con las cuales cualquier hablante del mundo hispanohablante nos identificaban y reconocía en cualquier parte del mundo, pero éstas ya se encuentran asimiladas en cualquier corpus de la lengua o en el mundo virtual de países como Chile o España, con lo cual se han convertido de uso común”. Este diccionario –que en 2011 le valió fuertes críticas del poeta y ensayista Gabriel Zaid y del lingüista Luis Fernando Lara– en este momento se encuentra en la última etapa de su reelaboración, el cual será enriquecido y modificado, “por lo que aún no sabemos si se llamará Nuevo Diccionario de Mexicanismos o sólo se designará como ampliación y modificación”. ¿Qué significa para usted este ingreso a El Colegio Nacional?, se le pregunta. “Es un grandísimo honor que esta institución tan importante para México, encargada de difundir las tareas de la ciencia y la cultura, haya visto en mi expediente méritos suficientes para ingresar. Es un grandísimo honor como universitaria que soy, producto cien por ciento Puma”. ¿Hacia dónde dirigirá su trabajo? “Seguiré investigando las entretelas de la historia en nuestra lengua y seguiré aportando conocimientos sobre la sintaxis histórica y quiénes somos a través de la historia para entendernos mejor en el hoy. Considero que tenemos una responsabilidad con los ciudadanos: usar y estudiar la lengua, que es nuestro patrimonio intangible”. ¿Qué relevancia tiene la sintaxis? “La sintaxis no sólo consiste en poner una palabra tras otra, sino que se trata de una poderosísima y fina herramienta que nos ilustra sobre nuestra identidad y visión del mundo”.

SOBREVIVIRÁ EL ESPAÑOL

  Egresada por la UNAM, Company es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), desde 2005, donde ocupa la silla que le perteneció a José Vasconcelos, al cronista Francisco Sosa, y al poeta y traductor Rubén Bonifaz Nuño. Es investigadora emérita por la UNAM. Se autodefine como una obrera de la lengua que trabaja en tres pistas: la gramática, la sintaxis y la lexicografía. “Llegué a México en 1975 para hacer un curso en la UNAM, pero desde 1978 decidí que este era mi país porque es un lugar inagotable, generoso, fascinante y con muchos ángulos por explorar. Este país goza de una cultura donde el barroco se mezcla de manera compleja en su vida cotidiana. Me naturalicé mexicana desde 1978 y con mucho orgullo puedo decir que viajo con pasaporte verde”, expresa la estudiosa de la lengua que preside la Comisión de Lexicografía de la AML. ¿Qué opina de la supresión del español en Estados Unidos?, se le inquiere. “Alguien que se dedica a estudiar la historia de la lengua, como yo, que observa los flujos de la lengua que van y vienen, de sus modas.... me parece que aunque las disposiciones oficiales pueden modificar la lengua, como sucedió con Los Reyes Católicos, en realidad inciden poco”. ¿Aunque se prohiba su uso en el segundo país con mayor número de hispanohablantes? “Yo creo poco en decretos oficiales, porque los dueños de la lengua somos los hablantes. El español de Estados Unidos seguirá siendo una lengua viva, aunque es claro que dependerá de la forma en que se oficialice la reducción de su uso como lengua vehicular cotidiana. Pero al final, la lengua seguirá creciendo más allá de los muros”. ¿Cuál es la palabra que más le gusta? “A mí me encanta la palabra ‘apapachar’, ese bello nahuatlismo, no sólo por lo que significa, sino porque es una lindísima onomatopeya”.