• Crece malestar ante nuevo gasolinazo. Peña Nieto entre presiones de Trump y el malestar ciudadano nacional
• Delegados federales con la cabeza oculta como avestruces ante la dificultad económica. Pesada carga ser mi...
Por:
Jesus Ojeda
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Publicado el
lunes, 30 de enero de 2017.
• Crece malestar ante nuevo gasolinazo. Peña Nieto entre presiones de Trump y el malestar ciudadano nacional
• Delegados federales con la cabeza oculta como avestruces ante la dificultad económica. Pesada carga ser militante del PRI
• Necesarias las medidas de control y orden administrativo como las ordenadas por el gobernador Carlos Mendoza Davis
Mientras que el presidente de México Enrique Peña Nieto recibe apoyo de prácticamente todos los sectores del país, para que fije una postura firme contra las decisiones del presidente estadounidense Donald Trump que afectan a nuestro país, la ciudadanía se prepara de muy mala gana para el nuevo aumento a la gasolina que se espera sea del ocho por ciento a partir del próximo sábado cuatro de febrero.
Obviamente esto genera una inflación mayor y por supuesto aumentos en los precios de las diversas mercancías y productos que llegan nuestra entidad con lo que ya sabemos que implica el cobro del necesario flete que se requiere para comercializar en esta región del país.
Nada sencillo será para comerciantes, empresarios y prestadores de servicios tratar de mantener el mismo margen de utilidad en sus actividades comerciales ante una ciudadanía que cada vez le resulta más difícil mantener su nivel de vida al que por muchos años ha estado acostumbrado.
No queda la menor duda que por su parte, las autoridades estatales han hecho esfuerzos claros por proporcionar a los sudcalifornianos mejores satisfactores de vida con la generación de empleos y facilidades para la inversión sobre todo en el ámbito turístico, pero ante el incremento al precio de las gasolinas y diésel, se torna muy complicado mantener la misma dinámica económica.
Por supuesto que esto no frenará los esfuerzos por mantener la actividad empresarial y la economía en general dinamizada, pero queda claro que durante los próximos meses será más difícil que en los accidentados casi cinco años transcurridos de la actual administración federal que encabeza precisamente Enrique Peña Nieto.
Mientras esto sucede y los gobiernos estatales y municipales tratan de hacer frente a esta adversidad, representantes del gobierno peñista, es decir los delegados federales, parecen estar ocultos ante un malestar ciudadano cada vez más evidente e incontrolable. La mayoría de los representantes del gobierno federal esconden su cabeza como los avestruces.
Que Donald Trump haya logrado unificar en su contra a los diversos sectores en torno la figura presidencial, esto es única y exclusivamente para que se defienda a nuestro país, como deber ser, de cualquier amenaza o agresión, tal como sucede con el desquiciado presidente norteamericano, pero nuestra condición nacional interna, de dificultad económica, seguramente se agravará a partir del nuevo gasolinazo.
Queda claro que será necesario para las autoridades financieras de los tres niveles de gobierno, reforzar el orden y el control del gasto como medidas directas y efectivas como por ejemplo las ordenadas por el gobernador Carlos Mendoza Davis, con la reducción de salarios y pagos de celulares a funcionarios para generar ahorro y apoyar áreas prioritarias.
Nada fácil se observa la condición del gobierno mexicano que por una parte soporta una enorme presión con los arranques narcisistas y hasta racistas de Donald Trump y por otro lado, al interior del país, con el enorme malestar ciudadano por los referidos gasolinazos y sus consecuencias.
Obviamente esto repercutirá en el ámbito político que seguramente será adverso para el tricolor en las elecciones estatales del verano de este 2017 y peor puede ser aún en las elecciones presidenciales del 2018 en las que también se renovará la Cámara de Diputados y el Senado de la República y donde ya desde ahora se ve casi imposible la victoria del PRI.
Claro que aún falta mucho por ver, pero hasta ahora la prospectiva no es nada favorable al tricolor, partido que ostenta la presidencia del país desde el 2012.
Ya veremos qué sucede.