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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

En Febrero; David Garrett, 'estilo anémico'

CIUDAD DE MÉXICO. David Garrett es un músico polémico y poco interesante, un rockstar del escenario que nació de la mercadotecnia, un intérprete con una trayectori

En Febrero; David Garrett, 'estilo anémico'

CIUDAD DE MÉXICO.

David Garrett es un músico polémico y poco interesante, un rockstar del escenario que nació de la mercadotecnia, un intérprete con una trayectoria impresionante que luce el repertorio virtuoso, algunas veces impreciso al tocar, cuyo estilo es anémico y su interpretación no entusiasma a todo el mundo.

Así lo expresan a Excélsior violinistas como Adrián Justus, Arón Bitrán y Paulina Derbez, quienes han escuchado al intérprete de origen alemán que actuará cinco funciones en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, en febrero próximo, donde el precio de los boletos va de mil 760 a cuatro mil 640 pesos, según Ticketmaster. Garrett es conocido como “el violinista más rápido del mundo”, utiliza un Stradivarius 1716 y en su página web es promovido como un artista que transita de la escena clásica al crossover, cuyo repertorio va de Paganini a Bach y de Bartók a Sarasate, y su presencia en el recinto de mármol fue autorizada cuando la hoy secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, todavía se encontraba al frente del INBA. De acuerdo con la página del INBA, cada concierto de Garrett será un “recital clásico”. Sin embargo, en Explosive, su más reciente álbum, el artista de 36 años se inclina más por sus composiciones con sabor electrónico y adaptaciones de Lose yourself de Eminem, They don’t care de Michael Jackson y fragmentos de Carmina Burana. El año pasado captó la atención de la prensa internacional cuando el New York Post dio a conocer que su exnovia Ashley Youdan (conocida en el mundo del rodaje porno como Kendall Karson), lo acusara de violencia sexual.

NADA ESPECIAL

El primero en hablar es Adrián Justus, el violinista mexicano-israelí: “A mí me parece un violinista que seguramente ha hecho mucho dinero, un intérprete con nada especial, con un sonido pequeño y poco expresivo que no me convence musicalmente”. Y aunque mucho se habla de su impecable técnica, Justus considera: “Es cierto que toca generalmente afinado, aunque hace dos semanas lo escuché y falló algunas notas sencillas (en Israel), así que no me parece especial técnicamente ni musicalmente”. ¿Qué opina de su trabajo? “Garrett es muy famoso y ha hecho una carrera impresionante, cuenta con muchos arreglos y también toca el violín eléctrico. He escuchado sus arreglos y no me gustan... no los detesto, pero violinística o musicalmente no son interesantes”. Y afirma que se trata de un producto de la mercadotecnia. “No se le puede comparar con otros violinistas, a los que les tengo más respeto como intérpretes, dado que sus interpretaciones me parecen anémicas y sin sabor; Garrett es un producto extraordinario del mercado. ¡Bravo por eso!” “Obviamente se va a llenar (Bellas Artes) y eso traerá ingresos, pero lo que él vende no es su calidad como artista ni su musicalidad, es un rockstar, pero como músico clásico se me hace muuuy aburrido. Esto es solamente mi opinión. No digo que no pueda tocar. Si es bueno como violinista puede hacerlo, sólo se me hace un violinista que ha encontrado su camino a la fama y lo ha hecho de maravilla”. ¿Qué violinistas le gustaría ver en Bellas Artes? “Por ejemplo, a Gidon Kremer si todavía toca, Julian Rachlin y Julia Fischer Zuckerman”.

SIN ENTUSIASMO

Para Arón Bitrán, integrante del Cuarteto Latinoamericano, se trata de un violinista dotado con una técnica impecable y un enfoque virtuosístico notable, que luce particularmente bien en el repertorio virtuoso. Sin embargo, considera que su estilo de interpretación y el alcance emocional de sus interpretaciones no le entusiasman. Respecto a su estilo, Bitrán dice que no podría definirlo, aunque reconoce que se le critica por transformar sus conciertos en una especie de show casi pirotécnico, con muchos elementos que los músicos de concierto no suelen emplear, como una escenografía y una presencia escénica de rockstar.
Yo también lo criticaría si esto fuera en detrimento de la calidad instrumental, pero no es el caso. Toca el violín muy bien, aunque su estilo de interpretación del repertorio de los grandes conciertos para violín no me entusiasma; me da la impresión que lo suyo son las piezas brillantes, virtuosas y de gran impacto, y con esto ha contribuido a acercar a mucha gente joven a nuestro instrumento. En lo personal, el show de movimientos, miradas, sonrisas y bailes que suelen acompañar su ejecución me distraen del disfrute de la música, pero creo que a la mayoría de la gente no le molesta”.
Bitrán reconoce que sí tiene nivel para tocar en el Palacio de Bellas Artes, aunque no aceptaría tocar a su lado, porque “nos movemos en esferas totalmente opuestas. Creo que nos atraen repertorios y estilos muy diferentes”. Y asegura que le gustaría ver a violinistas como Rachel Podger y Andrew Manze en Bellas Artes. Finalmente, Paulina Derbez, la violinista mexicana que triunfa en Canadá, describe a Garrett como un músico de gran nivel técnico y musical, con una trayectoria muy interesante; un violinista versátil que lleva el mundo de la música clásica a diferentes foros y audiencias, y acepta que dependiendo el proyecto y la causa, aceptaría tocar con él. Sin embargo, comenta que le gustaría ver a otros violinistas en el foro más importante de México, como a Leónidas Kavakos, Igudesman and Joo, Akiko Meyers, Pekka Kuusisto y Gidon Kremer.