AMBERES. La crítica irreverente de Banksy, el misterioso artista del espray que arremete contra la policía, los medios de comunicación o la sociedad de consumo, aterrizó ayer en Amberes en
La crítica irreverente de Banksy, el misterioso artista del espray que arremete contra la policía, los medios de comunicación o la sociedad de consumo, aterrizó ayer en Amberes en la exposición The art of Banksy, que descubre 80 obras del grafitero que se coló en el mercado del arte.
Sus obras, que aparecieron por primera vez en calles inglesas, son un símbolo del street art y de cómo éste logró ganar un sitio en los circuitos artísticos, ya que muchas de ellas han sido expuestas o subastadas junto a las de artistas como Picasso o Miró. Además de en el Reino Unido, las obras de Banksy han aparecido en lugares recónditos de todo el mundo, la más famosa en el lado palestino del muro de separación israelí de Cisjordania, Chica con un globo, la imagen esperanzadora de una niña con un globo en forma de corazón. La exposición recoge este mural, así como otras obras que han dado la vuelta al mundo como la de Kate Moss, que recuerda al colorido retrato pop de Marilyn Monroe firmado por Andy Warhol, una de las grandes influencias para Banksy. “Todas las piezas incluidas en la exhibición son obras originales y ediciones limitadas de impresiones realizadas por Banksy, únicas en su forma”, dijo el coordinador de la muestra, Sam Pearl. Todas concebidas para exponerse en interior, aunque el artista emula su propio arte callejero con otras impresiones, a base de stencils que permiten la reproducción de los iconos en serie, sobre piedra y con espray, aunque algunas sólo cuentan con una única reproducción. The art of Banksy estará hasta el 19 de marzo en el centro comercial Shopping Stadsfeestzaal de Amberes, ciudad que “se ha volcado con fuerza” a la muestra, con la que espera “recuperarse” de las fuertes caídas del turismo sufridas a raíz de los atentados de marzo de 2016 en Bruselas, que han golpeado al comercio en el país, admitió Pearl. La muestra, que ya ha podido verse en Ámsterdam, Melbourne y Estambul y viajará luego a Sídney, fue impulsada por el antiguo agente del artista, Steve Lazarides, a quien pertenece la obra expuesta. El visitante puede pasear entre muros como si lo hiciera por las calles de Shoreditch, en Londres, epicentro del contestatario street art.