CIUDAD DE MÉXICO. Investigadores austriacos descubrieron que los nacimientos mediante cesárea han modificado la evolución humana a través de conservar los genes que favorecen las pelvis estrechas. Actualmente, lo
Investigadores austriacos descubrieron que los nacimientos mediante cesárea han modificado la evolución humana a través de conservar los genes que favorecen las pelvis estrechas.
Actualmente, los casos donde una pelvis estrecha dificulta el parto han pasado de 30 mil en la década de los años 60 del siglo pasado, a 36 mil a la fecha. Si no se hubiera recurrido a la cesárea en pelvis estrechas, los genes maternos de ese tipo de pelvis no se hubieran pasado a las hijas, pues muy probablemente ambas hubieran muerto durante el parto. Desde una perspectiva evolutiva, se trata de un proceso de selección, señaló Philipp Mitteroecker, miembro del departamento de Biología Teórica de la Universidad de Viena. Por mucho tiempo la ciencia se ha preguntado por qué la pelvis humana no se ha ensanchado. La cabeza del bebé humano es grande en comparación con la de otros primates, que no tienen el problema materno de pelvis estrechas. Con el apoyo de un modelo matemático alimentado con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros estudios amplios sobre nacimientos, se determinó que la tendencia es hacia recién nacidos más grandes y saludables. Sin embargo, su tamaño genera problemas en el parto, lo que históricamente hubiera significado la muerte probable de la madre y el bebé, y los genes de la pelvis estrecha no se hubieran pasado. Se trata de una fuerza selectiva que apunta hacia bebés más pequeños, la cual tiende a desaparecer debido a la operación cesárea. En los pasados 50 a 60 años el efecto en la evolución ha sido pasar de 30 casos de pelvis estrecha en cada mil nacimientos, a 36 a la fecha, y la pregunta es qué sucederá en el futuro, agrega. El estudio donde participa Mitteroecker se encuentra en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.