• La raquítica situación económica ni siquiera les permite tener un árbol navideño en casa • “Me duele porque son niños y quieren un juguete, pero en la situación en la que vivimos apenas nos da para comer” San José
• La raquítica situación económica ni siquiera les permite tener un árbol navideño en casa • “Me duele porque son niños y quieren un juguete, pero en la situación en la que vivimos apenas nos da para comer”San José del Cabo, Baja California Sur.- Un par de huevos fritos y tortillas calientes será la cena de Navidad que servirá en su humilde casa doña Yesenia Ortega, quien al igual que decenas de familias que viven en condiciones de pobreza señala tristemente que Santa Claus no visitara a sus hijos, por lo que la palabra “regalo” ni siquiera se menciona en casa. Originaria del Estado de Veracruz, comenta que la precaria situación económica que enfrentan tampoco les permitió tener un arbolito en casa, por lo que ese descarado y amargo de recuerdo de que no hay dinero ataca de nuevo, y como ya es costumbre los deseos de ahí no pasarán, haciendo que la Navidad sea un día cualquiera. Está lejos de verse rodeada de un ambiente colorido, regalos, abundante comida, ponche de frutas, buñuelos y piñatas, mencionó, qué ofrecer a su familia, un lomo de cerdo o pavo para cenar en la Noche Buena, sería disfrutar de una comida de “ricos”. “Si bien nos va cenaremos unos huevos fritos y tortillas, no hay dinero para comprar un pavo y rellenarlo o poner a hornear un lomo de cerdo, si se llegara a presentar esa oportunidad sería cenar como ricos. Como todo niño mis hijos han pedido que Santa les traiga regalos, pero en la situación en la que estamos lo más seguro es que no haya nada de eso, con decirle que ni siquiera pusimos arbolito en la casa”. “Me duele porque son niños y quieren un juguete, pero en la situación en la que vivimos apenas nos da para comer. El mejor regalo es tener salud, al otro día todo vuelve a ser normal. Los niños no estrenan ropa ni abren regalos, nos vuelve a preocupar que es lo que comeremos, la Navidad la vivimos muy diferente”, relató. La señora Ortega continuó diciendo que es madre de 4 hijos, y la manera en la que a veces obtienen el recurso económico es a través de “chambas” que le salen a su esposo con la reparación de bicicletas. La casa donde habita fue construida con cartón y madera. Un pequeño espacio a la entrada de la vivienda es utilizado como sala, comedor y cocina, mientras que en la única “habitación” con la que cuenta la casa duerme toda la familia. En esos sectores de la ciudad, donde falta el dinero y sobra la pobreza, el escenario se muestra totalmente distinto y pone al descubierto que la brecha entre ricos y pobres se aparta cada vez más. En estas colonias resulta imposible para las familias ocultar que la Navidad es, además de alegría y época de celebrar para muchos, una desgarradora angustia para otros.
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