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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

Universo de Plata; el arte de moldear metales

Con una tradición de más de 70 años, el taller TANE ha conformado una colección de piezas de arte elaboradas con destreza y cuidado por sus orfebres   CIUDAD DE MÉXICO. Las pequeñas piedras de plata, es

Universo de Plata; el arte de moldear metales

  • Con una tradición de más de 70 años, el taller TANE ha conformado una colección de piezas de arte elaboradas con destreza y cuidado por sus orfebres
  CIUDAD DE MÉXICO.

Las pequeñas piedras de plata, ese metal blanco, brillante, blando, dúctil, maleable y cautivador, se escurren entre las manos de los orfebres de TANE, marcando el inicio del meticuloso proceso que las transformará en una obra de arte o en una joya.

En el taller de la empresa creada en México en 1941, por la francesa Natalia Vilner, ubicado en la colonia Santa María Insurgentes, unas 50 personas, entre jóvenes aprendices, pulidores, troqueladores, fundidores, mecánicos matriceros, maestros joyeros y maestros plateros confeccionan diversas piezas en plata de todos tamaños. Esculturas figurativas y abstractas, joyas (aretes, pulseras, gargantillas, eslabones) y piezas de arte utilitario, cuyos diseños y bocetos llegan en papel, cobran vida tras pasar por técnicas como la cera perdida y auxiliarse de materiales como el yeso, la tierra con aceite y la madera. En pleno siglo XXI, un taller artesanal sigue apostando por el trabajo a mano, el detalle, el doblado perfecto, el pulido cuidadoso, en medio de las nuevas tecnologías, que también han sido incorporadas.
“Son técnicas de hace tres mil años. Si se fuera la energía y tronaran todas las computadoras, nosotros seguiríamos trabajando. Nos mueve la pasión por la perfección”, comenta José Ramón Lavín, el anfitrión del taller.
El vendedor explica a Excélsior durante un recorrido, cada una de las etapas por las que debe pasar una pieza: elaboración del prototipo, troquelado, inyección de cera, fundido, doblado, pulido. Y los diez años que toma a los jóvenes aprendices, convertirse primero en maestros joyeros, y un lustro después en maestros plateros. Estos orfebres han tenido una labor especial desde la década de los 70 de la pasada centuria: el Proyecto Arte Objeto. Creado en 1974 a iniciativa de Pedro Leites, hijo de la fundadora de la casa TANE, este acervo posee cerca de 60 piezas diseñadas por 40 artistas “emblemáticos” de México y el mundo. Carlos Mérida, Mathias Goeritz, Leonora Carrington, Gunther Gerzso, Luis Barragán, Juan Soriano, Teodoro González de León, Vicente Rojo, Francisco Toledo, Ricardo Regazzoni, Sergio Hernández, Marina Láscaris, Javier Marín, Xawery Wolski y Jan Hendrix, entre otros, han trabajado con los maestros plateros. Las últimas adquisiciones de la colección, que funde una serie limitada de 24 piezas, más la prueba de autor para el artista, son Euclides, el perro de Pedro Friedeberg y Mirada suspendida de Manuel Felguérez. Esta última será presentada en febrero próximo durante la feria MACO.
“Traen su boceto. Lo vemos, lo analizamos. Determinamos las cosas técnicas que hay que mejorar y dialogamos con el artista”, narra el maestro platero Arturo Hernández.
“Ellos vuelven a bocetar la pieza con los ajustes técnicos. Y luego ya tomamos las medidas y hacemos las hormas y los moldes. Algunos son exigentes y no les gustan los cambios que les indicamos. Otros, como Carrington, son muy amables. Pero esos ajustes se deben realizar para hacer posible la pieza. No es fácil trabajar con la plata”, añade.
En cuatro meses está lista la obra en latón y luego, cuando la acepta el artista, se funde en plata. Así, se ha formado un acervo artístico único, que da cuenta de las posibilidades del metal y los universos que puede crear.

LA HISTORIA

En 1941, llegó a la Ciudad de México un matrimonio francés con dos hijos. Ella, Natalia Vilner, abrió la primera tienda TANE, que en aquel entonces se dedicaba a fabricar y vender artículos de piel, relata José Ramón Lavín.
“El nombre de TANE surge de la palabra francesa tannerie, ya que al inicio se trataba de una talabartería, de la cual se tomaron las primeras letras para obtener un nombre corto, pegajoso y fácil de recordar”. Once años después, el negocio cambió de giro enfocándose en la platería. Los diseños originales de Pedro Leites, de joyas y artículos para el hogar hechos en plata, fueron posicionando la firma.
La actriz María Félix, reconocida cliente, mandó a hacer unas pulseras de oro que habrían de llevar grabado: “María Bonita”, “Puma Pumita” y “Doña Doñita”. Así, la marca fue adquiriendo prestigio. TANE realizó la pieza Los Gallos, a partir de dibujos de una pelea de gallos. Adolfo López Mateos obsequió un ejemplar de ella a los reyes de Bélgica, Alberto y Paola. El prestigio de la tienda se veía confirmado por los personajes que dejaban su firma en el libro de visitantes: Jackie Kennedy, Óscar de la Renta, Henry Ford, Paloma Picasso, los príncipes de Asturias, Juan Carlos y Sofía, Paul Newman, John Wayne, Zsa Zsa Gabor, Brigitte Bardot y Catherine Deneuve. En los 80 surgió la primera escuela TANE en Michoacán y años más tarde otra en Zacatecas. “Pero no pudieron continuar porque los gobiernos de los estados retiraron el apoyo”, dice Lavín. Esta labor de formación se hizo realidad sostenida en la década de los 90 cuando TANE, en colaboración con el gobierno galo, fundó una escuela en Phoërmel, Francia, que sigue trabajando.
“Aquí empieza todo. Se construye la base de cualquier pieza, su espina dorsal”, dice orgulloso el mecánico matricero Nereo Fonseca, quien con base en dibujos, maquina la elaboración de moldes y hormas para hacer la figura.
El taller de TANE se ha convertido en una verdadera escuela práctica y dinámica de orfebres. Actualmente, la firma posee siete tiendas independientes.