El asesinato de un adolescente mexicano abrió el debate en la Corte Suprema de EU; las reglas de ese lugar podrán definirse hasta el 2017 CIUDAD DE MÉXICO. El cuerpo de Sergio Adrián Hernández Güereca cayó sin
El cuerpo de Sergio Adrián Hernández Güereca cayó sin vida en el lado mexicano de la frontera, separado por una línea invisible de Estados Unidos y de la pistola todavía caliente de un agente fronterizo.
La escena resucita ahora en la Corte Suprema estadunidense, que decidirá qué reglas rigen en esta "tierra de nadie". Hay reportes de que, en esa zona, 51 personas murieron por acciones de la patrulla fronteriza entre 2005 y 2015. Este mes, la máxima instancia judicial de Estados Unidos aceptó considerar los reclamos de la familia del adolescente mexicano, que tenía 15 años cuando el agente fronterizo Jesús Mesa le disparó. Hacía calor aquel día de verano de 2010 y Hernández Güereca estaba jugando con tres amigos en una zona que separa El Paso (Texas, Estados Unidos) de Ciudad Juárez, Chihuahua (México). El juego consistía en correr hasta la valla metálica de Estados Unidos, tocarla, corretear y volver a toda velocidad hasta la parte mexicana. En su recurso ante la Corte Suprema de Estados Unidos, los abogados del mexicano defienden que los niños estaban jugando y no representaban ninguna amenaza para los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).En un intervalo de unos segundos, el agente Mesa sacó su arma, apuntó a Sergio y le disparó en la cabeza, justo al lado del ojo", narra la defensa.Asimismo, asegura que ni el propio agente Mesa ni ninguno de sus compañeros de la patrulla fronteriza ofrecieron después ayuda al joven, mortalmente herido.
un grupo de supuestos inmigrantes ilegales que trataban de entrar de manera ilegal en México, el agente disparó porque estaba 'rodeado' de jóvenes que le lanzaban piedras.Aunque un video grabado con un teléfono móvil desmintió esa versión: mostró que Mesa no estaba rodeado y que disparó contra Hernández Güereca varias veces y mientras el joven se asomaba desde detrás de una columna de cemento del Puente Negro, un paso de ferrocarril que conecta México y Estados Unidos y donde tuvo lugar el suceso. A pesar de ese video, el Departamento de Justicia de Estados Unidos terminó en 2012 una investigación con la conclusión de que no había suficientes evidencias para acusar al agente Mesa de homicidio. El Gobierno estadunidense, que aún no ha interpuesto escrito alguno ante el Tribunal Supremo, ha asegurado durante años que Hernández Güereca formaba parte de un grupo de traficantes de personas y en el momento de su muerte, no estaba jugando, sino tratando de incurrir en alguna actividad ilegal. Poco más de 18 metros separaban al mexicano del agente estadunidense, que hacía la ronda en bicicleta en la zona del Río Bravo, una de las áreas de la frontera con mayor tránsito. Esa distancia de 18 metros será una de las cuestiones clave que evaluarán los ocho jueces en activo de la Corte Suprema, que debe decidir si la Constitución de Estados Unidos protege los derechos de un ciudadano mexicano muerto en México, pero en una zona donde los agentes estadunidenses ejercen su poder.