'Mafalda', 52 años de cuestionar al mundo
Una de las historietas cómicas más representativas de América Latina es sin lugar a dudas ‘Mafalda’, que a pesar del transcurrir de los años y las generaciones, continua como una de las voces más conocidas del humor ác
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Independencia
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jueves, 29 de septiembre de 2016.
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Una de las historietas cómicas más representativas de América Latina es sin lugar a dudas ‘Mafalda’, que a pesar del transcurrir de los años y las generaciones, continua como una de las voces más conocidas del humor ácido y la irreverencia.
En 1964 su creador Quino, humorista y caricaturista argentino, presentó ocho tiras de ‘Mafalda’ (nombre que sacó de la película Dar La Cara de 1962) a la revista'Leoplán', quienes contaban con un suplemento humorístico conocido como ‘Gregorio’.
En un principio la tira era protagonizada solo por Mafalda, una pequeña niña de cabello oscuro que cuestionaba constantemente a su padre, el único adulto que aparecía. Hasta 1965 que se introdujo a la madre.
Con el pasar de los años aparecieron más personajes como Felipe, Manolito, Susanita, su hermanito Guille, Miguelito y Libertad.
Durante su publicación ‘Mafalda’ pasó por varios periódicos, desde 'Primera Plana', 'El Mundo', 'Siete Días Ilustrados', hasta que el 25 de junio de 1973, Quino decidió publicar la última tira de Mafalda.
Mafalda se convirtió no solo en un referente del humor ácido, también en un personaje que cuestionaba el día a día y lograba poner en jaque a los adultos con sus dudas, que siempre iban alejados de los paradigmas sociales de la época.
A pesar que Mafalda cree en un mundo mejor y en ocasiones se presenta idealista, normalmente el pesimismo la envuelve y la lleva a preocuparse por el contexto sociopolítico que la rodeaba en los 60, pero que hoy en día siguen siendo vigentes, ya que la maldad humana, los movimientos sociales, el hambre, las guerras, la paz, la democracia, los derechos de los niños, no han cambiado mucho.
Tal vez una de las características principales de la niña era su amor por los Beatles y su esperanza de trabajar en las Naciones Unidas, así como su odio por la sopa, cuyo cartón se convirtió en el ícono que representó la negativa por aceptar la Ley SOPA, un proyecto de ley presentado en Estados Unidos para combatir el tráfico de derechos de autor en Internet, que desencadenaría bloquear la publicidad en redes, bloqueo de resultados en motores de búsqueda, restricciones al streaming y más.
Sin lugar a dudas Mafalda es portavoz de diferentes generaciones, cuyos cuestionamientos no caducan para la época, contradice a los adultos, los paradigmas y plantea sus propios ideales.
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