CIUDAD DE MÉXICO. Mañana, dos de agosto, se cumple un año de la muerte en costas turcas del niño sirio, Aylan Kurdi; junto a él fallecieron su madre, de 32 años, y su hermano mayor de cinco. La fotografía, que le dio
Mañana, dos de agosto, se cumple un año de la muerte en costas turcas del niño sirio, Aylan Kurdi; junto a él fallecieron su madre, de 32 años, y su hermano mayor de cinco.
La fotografía, que le dio la vuelta al mundo, evidenciando la profunda crisis humanitaria de la que, al día de hoy, Siria y otros países vecinos como Jordania, siguen siendo víctimas, puso a pensar a distintas naciones sobre qué se puede hacer desde la distancia, desde otros continentes, para entender y, en caso de lo posible, mejorar la situación. El Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refigiados (ACNUR) asegura que entre los meses de enero y septiembre 2015, un total de 477 mil 906 pesonas cruzaron el Mediterráneo con el fin de llegar a terrotorios europeos, procedentes de naciones asiáticas y africanas. Además de Siria y Jordania, el 83 por ciento de las personas que componen el torrente migratorio son originarias de Afganistán, Irak, Pakistán, Libia, Líbano, Nigeria y Eritrea. Por su parte, la Unión Europea, al verse rebasada en sus capacidades para contener a los asiáticos y africanos, tuvieron que tomar cartas en el asunto. Los países con más solicitudes de residencia son Alemania, Noruega, Suiza, Holanda, Francia y Reino Unido. Por su parte, Alemania es el país del viejo continente que más ha cobijado a migrantes, con un total de 800 mil personas aceptadas.