Hoy se presentará el programa cultural que busca que este ritmo musical sea incluido dentro de la lista de la UNESCO, igual que el tango o el flamenco CIUDAD DE MÉXICO. Un grupo de especialistas, instituciones
Un grupo de especialistas, instituciones públicas y privadas, así como amantes de la música, trabajan para postular al bolero como parte de la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La iniciativa, que buscará ser presentada conjuntamente entre México y Cuba, está basada en un programa de salvaguarda del ritmo que si bien nació en la isla, “fue aquí donde llegó a la adolescencia y maduró”, afirma Graciela Mota Botello, presidenta de Icomos México y una de las promotoras de la propuesta.
El reconocimiento, con el que ya cuentan otros ritmos como el flamenco y el tango, busca obtenerse en 2018; mientras tanto ha sido creado el Instituto para la Preservación y Fomento del Bolero en México A. C. que a partir de este mes iniciará una serie de actividades académicas y artísticas para promover el género que cultivó Agustín Lara. El programa que será presentado hoy, incluye una exposición, un encuentro académico para determinar la importancia del bolero y un concierto en el Museo de la Ciudad de México Esperanza Iris.En la medida que hemos ido hablando con nuestros interlocutores, nos damos cuenta que todos son amantes del bolero. El verdadero sentido de este Instituto no es poner de moda un nuevo género musical, vamos a darle un contenido profundo, educativo y cultural al bolero, un género musical que dice, que canta que interroga más que responder, un género que se hereda y se sincretiza en toda América Latina, que si bien en Cuba tiene su origen es en México donde se vuelve adolescente y maduro”, señala.La idea de postular el bolero como Patrimonio Cultural Inmaterial surgió en la bohemia. Mota Botello ideó el plan junto con Cecilia Margaona, quien funge como tesorera de la A. C. y con el músico Rodrigo de la Cadena. “Con Margaona que es también de Icomos estuvimos hace cuatro años en Coatepec, en el evento de patrimonio inmaterial, ahí Yolanda Santaella habló del danzón y ahí nos dimos cuenta que el ritmo del que hablaba no es solamente para bailar sino que es todo un universo, se ha hecho poesía, canciones, vestuarios, códigos de interacción, literatura y lo mismo sucede con el bolero”.
Estamos empezando a hacer el expediente, no es que no haya cosas hechas, pero la UNESCO nos dice que es importante que todos los elementos se vayan desarrollando en conjunto con los portadores y ¿quiénes son estos?, pues lo que hacen el bolero, tenemos ahora si músicos, compositores, intérpretes, herederos, bohemios, instituciones, el bolero está vivo por esos portadores que nos hacen reconocer al bolero como algo que nos convoca y nos sigue convocando”.A partir de estas ideas fuimos decidiendo nuestras metas y objetivos, porque queremos que haya un reconocimiento de la UNESCO, qué implica eso, una obligación, no es privilegio, es una distinción que nos va costar trabajo, la UNESCO exige tener todo un plan de salvaguarda, el instituto se hace para hacer un plan de salvaguarda con instituciones públicas y privadas, con instituciones financieras, con museos, quienes quieran sumarse Mota Botello afirma que si bien el género musical no puede perder el elemento como espectáculo que tiene al tratarse de una manifestación de la cultura popular, el expediente que será presentado al organismo mundial deberá contener un detallado programa de desarrollo y difusión del género, así como el sustento histórico, tanto mexicano como cubano, y un plan de desarrollo para preservarlo. “Si bien el bolero no puede perder el elemento del espectáculo porque es importante, el verdadero tono del bolero es aquí, en corto, es el decir. Ella Fitzgerald, Satchmo, cantaron bolero, Elvis Presley cantó bolero, el bolero no sólo es un tema musical”. En el momento de la llegada a México del género, agrega Mota, “el país es un hito, México es una nación postrevolucionaria, llena de ideales, donde hay una enorme tradición literaria, musical, poética, de las artes, está la gran transformación de un país del siglo XX, está la radio, todos estos elementos permiten que aquí confluya el bolero, es el lugar de las ideas. Pero además la combinación entre el canto, la imaginación y la poesía se vuelve un sentir, el bolero de los cuarenta y los cincuenta, el del “reloj no marques las horas”, esto está pasando aquí”. Un elemento más deberá incluir el expediente presentado a la UNESCO, “en un momento del siglo XX con toda la influencia regional de Cuba, del Caribe, de Yucatán, de la trova, se torna un momento urbano y es con el crecimiento urbano cuando surge el bolero mundano, el bolero tiene siempre ese aire de mundanidad, pero también de mundanidad afectada por los sentimientos, uno lo ve por ejemplo con El jibarito, es en la ciudad donde vende, el bolero no es poesía clásica sino que su enorme valor es que es lírico popular, es el verdadero elemento conspicuo de la gente que hace la vida diaria, esas personas sienten, sufren, aman, desean, tienen ilusiones, odian y están afectadas”.