CIUDAD DE MÉXICO. El tenor sudcoreano Keonwoo Kim (1985), la soprano francesa Elsa Dreisig (1991) y el barítono mexicano Juan Carlos Heredia (1988), ganadores del Concurso Internacional de Ópera Operalia 2016, convers
El tenor sudcoreano Keonwoo Kim (1985), la soprano francesa Elsa Dreisig (1991) y el barítono mexicano Juan Carlos Heredia (1988), ganadores del Concurso Internacional de Ópera Operalia 2016, conversan con Excélsiorpara hablar sobre las claves que los llevaron a ganar el máximo concurso de ópera, la figura tutelar de Plácido Domingo, los próximos pasos en su carrera musical y su preocupación por temas extramusicales como el terrorismo, la guerra, la pobreza y la crisis financiera que ha afectado a la música.
El primero en hablar es Keonwoo Kim, ganador del primer premio en la categoría varonil, quien a los siete años tomó clases de violín y piano. Pero tras asistir casualmente al concierto de los Tres Tenores, en Seúl, quedó impactado por las posibilidades de la música clásica y resolvió ser cantante.“De inmediato quise ser cantante de ópera. Ahora he podido conocer en persona a uno de aquellos tres tenores y lo mejor es que pude ganar el primer premio. Sin embargo, debo decir que nada es tan fácil, pues hace un año concursé en esta misma competencia y ni siquiera alcancé las rondas preliminares. Por eso le digo a quienes no han conseguido un lugar en esta competencia que ¡no se rindan!, y ¡desafíen Operalia!”.Durante la competencia, el tenor debió superar dos problemas: “el mal del viajero”, ocasionado por un malestar estomacal que lo deshidrató y comprometió su actuación en la recta final, y los nervios que sintió cuando descubrió que la Orquesta Sinfónica de Jalisco (OSJ) no dominaba su repertorio.
“Pero la inteligencia y la figura imponente del maestro Plácido Domingo resolvieron esa parte técnica y pude concentrarme en cantar. Lo demás es un secreto y no puedo revelarlo”, detalló con un aire de complicidad.¿Por qué los cantantes sudcoreanos han ganado un mejor lugar en las competencias más recientes?, se le inquiere al tenor. “Porque la generación anterior de cantantes estudiaron muy duro en Italia, Alemania y Francia, quienes volvieron a Corea y nos dieron lecciones de altísima calidad… además el coreano tiene la intuición y la paciencia para adaptarse a los cambios, sin olvidar el kimchi (plato típico de la gastronomía coreana)”, añade en tono bromista. Es indispensable Los cantantes Keonwoo Kim (Corea del Sur), Elsa Dreisig (Francia) y Juan Carlos Heredia (México), coinciden en que la música debe tener un mayor alcance en la sociedad y los tres ven a un verdadero mentor en la figura de Plácido Domingo. Keonwoo Kim asegura que el premio más importante que obtuvo en Operalia fue la distinción del premio que le entregó el público. “porque antes he ganado otros premios, pero esta fue la primera vez que obtuve el premio del público y no puedo explicar el sentimiento que me provocó”. ¿Qué mejoraría en el tema de la música? “Que la música tenga un mayor alcance en la sociedad de nuestro tiempo porque tiene el poder de mover nuestra mente; sería inimaginable un mundo sin música”. Los siguientes compromisos del tenor se reanudarán este mes en los máximos teatros de Francia y Alemania, y adelanta los dos eventos más relevantes de su año: una gala al lado de Plácido Domingo en Corea, y su debut en el rol de Tonio en la ópera La hija del regimiento, en Niza.
“Antes de llegar a la ópera quise tocar guitarra eléctrica, metal, pero cuando entré al Conservatorio Nacional de Música descubrí que no había clases para guitarra eléctrica, así que tomé guitarra clásica”.Después entró al coro del conservatorio y descubrió que tenía madera para cantar. “A partir de 2011 me mudé a la Ciudad de México e inicié la licenciatura en canto operístico y me integré al Estudio de Ópera de Bellas Artes (EOBA), actualmente realiza un curso de perfeccionamiento en Alemania y después de este premio asegura que ha llegado el tiempo de buscar algo más fuera de México”. ¿Cómo ha influido Operalia en su vida? “¡Bastante! Desde que me inscribí comenzó una etapa y cuando fui uno de los finalistas sólo me repetía mis objetivos: cantar con el maestro Plácido Domingo, escuchando sus consejos, llegar a la final y alcanzar uno de los estímulos”.