Autoridades no han medido consecuencias, acusan

La Paz, Baja California Sur.- El despido masivo de trabajadores del hospital General Juan María de Salvatierra fue calificado como una bomba de tiempo a punto de estallar “la que inclusive no tarda mucho en detonar”, trascendió ayer en medios allegados a la propia institución, sobre lo cual adelantaron “ya hay mantas elaboradas que podrían colocarse de un momento a otro”, advirtiendo por tanto que las autoridades deben urgentemente tomar cartas en el asunto”. Tales hechos, donde a decir de los denunciantes “no es falta de recursos económicos sino que es cuestión de insensibilidad política”, lo que ha provocado la reiterada intervención de la Sección 61 del Sindicato Nacional de Trabajadores del sector salud dirigido por María Isabel de la Peña Angulo, y constantes reuniones con autoridades del nosocomio encabezadas por René Urcádiz Verdugo, no encuentran la solución inmediata adecuada y por el contrario conforme pasa el tiempo la situación se torna más candente y difícil. La irritación y desacuerdo se basa especialmente en que gran parte del personal que ha sido despedido cumplía con los perfiles que demanda una institución como esa “y donde a las autoridades no les ha importado que se trate de médicos especialistas, enfermeros, enfermeras, internistas, anestesiólogos, técnicos especializados en rayos X: “porque la guillotina la han pasado por parejo y sin medir las consecuencias de sus actos”. A decir del doctor Josué Estrada Flores, al interior del nosocomio surgen una serie de calificativos que van desde arbitrariedades, injusticias, y lesiones a los derechos laborales que les asisten a los trabajadores, y criticó que “muchos de ellos son gente con amplia experiencia y que difícilmente pueden ser reemplazados”. Hay en todos ellos desilusión y coraje y no es para menos”, subrayó, “pues muchos de esos compañeros y compañeras ya tenían hasta 12 años de prestar sus servicios aquí, y los menos tenían dos o tres años trabajando”, aclarando que varios abrazaban la esperanza de alcanzar una plaza de base. En el caso concreto de la organización sindical, y haciendo alusión al adagio: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar”, el galeno subrayó que “en efecto no han sido tocados los sindicalizados, pero a como se ven las cosas para allá van; es decir al rato también los van a tocar y por eso se están previniendo”. Antes de concluir, el doctor Estrada Flores demandó que no sean insensibles ante este tipo de hechos, “porque a mí en lo personal me repatea que sean tan injustos con nuestros compañeros, más aun cuando ellos cifraban esperanzas en lograr una base, por tanto pido que piensen en sus hijos, en su familia, en todo, porque seguramente pasarán a las filas de la delincuencia, ya que más de 200, despedidos, son muchos”. Concluyó en que una de las soluciones es que “se suelten o descongelen” las plazas que por ahí mantienen y que sean otorgadas a toda esa gente que despidieron, porque aquí en el hospital debemos hablar de gente profesionista no de improvisados tal y como pretenden hacerlo al querer meter gente nueva”.

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