Los toboganes de la muerte siguen amenazantes

La Paz, baja California Sur.- A decir de locales y visitantes el distintivo Bandera Azul que fue impuesto recientemente a la Playa El Coromuel de esta capital se mantiene en una transparente tela de duda si se toma en cuenta que las playas certificadas como Blue Flag, cuyo procedimiento que tiene más de 25 años en Europa, especifica que deben cumplir 33 rigurosos criterios para ser seleccionadas como tales, los cuales están integrados en cuatro componentes que son: calidad de agua, gestión ambiental, información y educación ambiental, y seguridad. “Nos extraña mucho cuando los criterios para otorgar ese galardón son muy estrictos”, denunciaron familias asistentes a esa playa, quienes hicieron alusión de manera directa a lo que se refiere a “seguridad”, pues “por ejemplo nos damos cuenta que los toboganes sirven solamente para estorbo, siempre han estado como elefantes blancos y no dejan de ser un grave peligro para un niño o cualquier joven que en un descuido de los vigilantes se atreva a lanzarse a través de ellos”, dijeron. La certificación Blue Flag que otorga el jurado de la Fundación para la Educación Ambiental (FEE, por sus siglas en inglés), conformado por representantes del Programa de Naciones Unidas de Medio Ambiente, la Organización Mundial de Turismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ha distinguido cerca de una docena de playas de México por su sustentabilidad y calidad que les permite entrar a un mercado turístico europeo que busca lugares ecológicos, limpios y seguros, donde están El Chileno, de Los Cabos; El Palmar, en José Azueta, Guerrero; Playa Nuevo Vallarta, en Bahía de Banderas, Nayarit; Playa Chahue; en Santa María Huatulco, Oaxaca; así como Playa Delfines, en el municipio de Benito Juárez, Quintana Roo; las playas Icacos II, en Acapulco de Juárez, Guerrero; Laguna de Santa María Del Oro en Santa María del Oro, Nayarit; playa Coral o El Mirador II en Cancún, Quintana Roo; playa Oro en Puerto Vallarta, Jalisco; y El Revolcadero II en Acapulco; y hoy El Coromuel, también de BCS. Además estas playas cuentan con un código de conducta y servicios como agua potable, seguridad y equipos de primeros auxilio, sin descartar que estos lugares deben ofrecer y promover información ambiental, aclarándose que los datos sobre la calidad del agua deben estar visibles y que debe existir información sobre el ecosistema local. Por otro lado se deja en claro que la etiqueta Blue Flag que tiene validez por solo un año, puede revocarse si se detecta que la playa ya no cumple con los 33 criterios descritos, y en este caso son los ciudadanos asistentes quienes pueden denunciar cualquier anomalía en estas playas, afirmándose que la Norma Mexicana 120 de certificación de playas es la que coadyuva a encontrar los lugares más idóneos para recibir la distinción Blue Flag. De otra manera tiene mucho que ver en estos asuntos la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) además de la Secretaría de Turismo, Secretarías de Turismo, de Medio Ambiente y Recursos Naturales; de Comunicaciones y Transportes, de Marina, de Salud, y de la Comisión Nacional del Agua, quienes de alguna manera entran en esta corresponsabilidad de estar al tanto de la buena calidad del agua, de la gestión y educación ambiental, así como de la seguridad y servicios que estos destinos ofrecen.

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