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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

Roban tela con gota de sangre de Juan Pablo II

El robo fue denunciado por un visitante al recinto, quien notó que la reliquia había desaparecido y alertó a los responsables de la iglesia. BERLÍN. Una tela con una gota de sangre del fallecido papa Juan Pablo

Roban tela con gota de sangre de Juan Pablo II

  • El robo fue denunciado por un visitante al recinto, quien notó que la reliquia había desaparecido y alertó a los responsables de la iglesia.
BERLÍN.

Una tela con una gota de sangre del fallecido papa Juan Pablo II fue robada desde la Catedral deColonia, dijo ayer la policía alemana.

La policía informó que un visitante notó que la reliquia estaba desaparecida y alertó a un encargado de la iglesia. La reliquia era exhibida en un contenedor de vidrio en la base de una estatua del papa Juan Pablo II, quien fue líder dela Iglesia católica desde 1978 hasta su muerte en el 2005. La policía destacó que el contenedor fue arrancado de la base de la escultura durante la noche del sábado al domingo. “Aunque el valor material es bajo, el valor espiritual es mucho mayor”, dijo el director de la catedral, Gerd Bachner, a la policía e instó al ladrón a regresar la reliquia. El relicario, de aproximadamente 40 centímetros de altura, muestra en el travesaño uno de los portales de la Catedral y es un recuerdo de la visita que el papa Juan Pablo II hizo en noviembre de 1980 a la Catedral de Colonia. Canonización El papa Francisco canonizó ayer a la religiosa sueca Marie Elisabeth Hesselblad (1870-1957), una luterana que se convirtió al catolicismo, antes de una visita a Suecia prevista en octubre. La ministra de cultura sueca, Alice Bah-Kuhnke, y cerca de 250 católicos del país asistieron a la ceremonia, celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano. Hesselblad, conocida por restaurar la congregación de las brigidinas, nació 1870 en una familia luterana de 13 hijos. De joven se fue a trabajar a Estados Unidos para apoyar a su familia, como muchos agricultores suecos, y ejerció de enfermera en Nueva York. En 1902 se convirtió al catolicismo y fue bautizada. Dos años más tarde llegó a Roma y entró las carmelitas donde, con un permiso especial del papa Pío X, tomó el hábito de las brigidinas.