El Museo Nacional de Arte inauguró ayer la mayor muestra de obras modernas del país sudamericano, con más de 150 piezas CIUDAD DE MÉXICO. El 11 de enero de 1928, Tarsila do Amaral (1886-1973) le regaló al poeta
El 11 de enero de 1928, Tarsila do Amaral (1886-1973) le regaló al poeta y dramaturgo Oswald de Andrade –destacado exponente del modernismo brasileño y promotor de la Semana de Arte Moderno de Sao Paulo en 1922-, el lienzo Abaporu con motivo de su cumpleaños. Aquel cuadro habría de inaugurar todo un movimiento artístico. Tarsila y Oswald decidieron lanzar una revista donde publicaron el Manifiesto Antropófago que daría nombre a una de las más productivas etapas del arte moderno brasileño.
La propuesta era implantar un lenguaje moderno recuperando la cultura y las tradiciones autóctonas. En un acto “antropofágico”, el arte debía aprovechar y “devorarse” lo que le sirviera de las vanguardias europeas para acoplarlo a la realidad brasileña. Ese mismo año que Tarsila regaló Abaporu también pintó La muñeca, un óleo en el que aplicó lo que aprendió del cubismo, el fauvismo y el surrealismo, pero que encontró reflejo en su propia tierra, mucho más colorida y barroca. La muñeca forma parte de las más de 150 piezas, entre pintura, escultura, instalación, obra gráfica y dibujo, que conforman la exposición Antropofagia y modernidad. Arte brasileño en la Colección Fadel. 1908-1979, con la que el Museo Nacional de Arte (Munal) ofrece desde hoy, un panorama de los diferentes movimientos artísticos modernos ligados a la construcción cultural de Brasil y hasta los inicios del arte contemporáneo en esas latitudes. La muestra se articula de manera cronológica en tres módulos, proviene de la Colección Hecilda y Sérgio Fadel, que está conformada por más de mil 500 piezas que dan cuenta de la historia del arte en Brasil desde finales del siglo XIX a la actualidad. Subdivida en diferentes temáticas, la exposición ha sido curada por la argentina Victoria Giraudo, curadora del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), a donde la muestra viajará después para exponerse con el nombre de Colección Fadel. Modernidad y vanguardia brasileña. “Cada vez me siento más brasileña: quiero ser la pintora de mi tierra”, dijo alguna vez Tarsila do Amaral; que una mujer enarbolara el estandarte del arte plástico brasileño no es casualidad. Con el título Meninas brasileñas, la exposiciónAntropofagia y modernidad arranca su primer módulo con un recuento del arte de las primeras décadas de la república brasileña (la producción de café estaba reemplazando al azúcar y provocó que Brasil creciera económicamente), donde la mujer tuvo uno de los papeles más importantes. Anita Malfatti (1889- 1964) es una de ellas. En la exposición se incluye la acuarelaDesnudo femenino, que fue pintada entre 1915 y 1916. Malfatti tuvo influencia directa de las vanguardias europeas pero al escritor Monteiro Lobato, le pareció que sus cuadros habían sido hechos por internos de un manicomio. Esto provocó que ella dejara de pintar y sólo el aliento de Oswald de Andrade le hizo volver a la pintura. Otras “meninas” incluidas en la exposición son Maria Martins (1894-1973) con la escultura Uriapuru; Lygia Pape (1927-2004), de quien se exhibe una xilografíaSin título elaborada en papel arroz o Lygia Clark (1920-1988), de quien se muestra la escultura armable Bicho, de 1960. Plantas, arena, aves silvestres, poemas-objeto, una televisión y raros objetos bautizados como Parangolé conformaron en 1967 una instalación ambiental titulada Tropicalia, que el artista Hélio Oiticica (1937-1980) montó, inspirado en las favelas, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. La obra acabó fundando una nueva etapa del arte brasileño, que retomaba el pensamiento antropofágico, pero llamaba a una renovación cultural mediante la reivindicación del mestizaje. La vegetación, el agua, las favelas, la samba, la mulata brasileña o los temas oníricos, marcan la producción artística brasileña posterior. En este núcleo, aparecen en la exposición obras como Floresta tropical de John Grasz (1891-1980);Colina de favela y O lago de Tarsila do Amaral; Rueda de Samba de Emiliano di Cavalcanti (1897-1976); Las bahíanas del mismo Grasz o Retrato de Bur-le Marx de Flavio de Carvahlo (1899-1973). Con el surgimiento en 1951 de la Bienal de Sao Paulo, que se inspiraba en la Bienal de Venecia, se generó ahora la necesidad de experimentar y cuestionar los elementos de representación hacia un arte abstracto. Antropofagia y modernidadmuestra la antesala del arte contemporáneo brasileño a través de artistas como Alfredo Volpi (1896-1988), de él se exhibe Elementos geométricos; Luiz Sacilotto (1924-2003); Maurício Nogueira Lima (1930-1999), del que se incluye Composición concreta.