- El reconocido artista británico de origen indio, charló con Excélsior acerca de Arqueología: Biología, la muestra monográfica más grande que se haya presentado de su trabajo en un museo latinoamericano; la exposición, que incluye 23 piezas, la inaugura hoy en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC)
CIUDAD DE MÉXICO.
El artista indo-británico Anish Kapoor se siente cómodo en México. Tal vez sea, como él mismo explica, el tipo de clima, ciertas cosas en la comida o el trato con la gente lo que le resulta familiar en relación con su natal Bombay.
Acompañado siempre de una sonrisa, el escultor responde con toda la elocuencia que le da su voz de tenor y su acento británico a temas vinculados con el mercado del arte, sus esculturas públicas que fueron vandalizadas en Francia, su apoyo a la conservación del Espacio Escultórico de la UNAM, las posibles lecturas políticas de su obra o el trabajo que ha desarrollado con nuevos materiales, como el Vantablack, la sustancia más oscura que se conozca en el mundo.
Kapoor inaugura hoy en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) la exposición
Arqueología: Biología, la muestra monográfica más grande que se haya presentado de su trabajo en un museo latinoamericano, con una veintena de obras de mediano y gran formato que prometen atraer a miles de visitantes, fundamentalmente por sus monumentales esculturas de espejo que ya empiezan a circular en redes sociales en forma de
selfie.
—La primera vez que vi una de sus esculturas de espejo en un museo recuerdo que me impresionó por el efecto óptico que genera, pero cuando hace unos meses vi cinco espejos similares que sólo cambiaban de color en una feria la experiencia fue menos impactante. ¿Cómo afecta el mercado a su obra?
—El mercado del arte es muy complicado. En un nivel le permite a artistas como yo hacer lo que hacemos, pero en otro nivel representa al trabajo en una forma muy peculiar. Yo hago piezas de espejos y al mercado le gusta, pero también hago muchas piezas de cera y sólo he vendido una; eso acaba de ser muy recientemente. Al mercado le gustan cosas y las perfila de alguna manera. En verdad es un tema muy complicado, pero creo que si ves los trabajos hay miles de diferencias y al final cuando terminen estas historias podremos emitir un juicio sobre buenas o menos buenas obras. Tal vez ese acto de repetición y proceso continuo mueve las obras hacia adelante. Pienso que en mi trabajo los espejos de este año y los de hace cinco años son muy diferentes entre ellos. Son preguntas difíciles y debemos vivir con ellas en este extraño mercado del arte contemporáneo con tanto énfasis en el objeto.
—¿Qué lectura espiritual y política se le puede dar a su obra habiendo nacido en un país del sur como es la India?
—Es una especie de cliché pensar que cualquier cosa que viene del sur tiene que ser una manifestación política o un objeto espiritual. Considero que ambas cosas son problemáticas. Yo sí puedo decir que veo el poder del arte como un poder político, y también creo que el poder del arte tiene una fuerte energía espiritual. Pero eso al final opera en una cosa privada, sobre todo lo espiritual. Es como si, por ejemplo, digo un día: “hoy tengo que ir al estudio a hacer algo bello”. ¿Qué significa eso? La belleza se encuentra aquí, ahora mismo entre nosotros, así como los derechos civiles, esos que los políticos nos prometen para un futuro, cuando en realidad están presentes en el hoy y el ahora. Entonces, existe una relación entre preguntas estéticas y preguntas políticas, lo mismo que con las preguntas espirituales, pero esas son un poco más problemáticas.
—Su trabajo en el espacio público es sin duda lo más reconocido de su obra, pero también ha resultado ser de lo más polémico, como la escultura Dirty Corner que montó el año pasado
en Versalles y fue vandalizada. ¿Cómo enfrentó este tipo de manifestaciones?
—En Francia fue una situación muy particular. Ese trabajo en Versalles tal vez fue muy provocativo, pero pasó algo muy extraño. La obra se puso en el patio central de Versalles, tal vez de alguna manera exponiéndolo. Sé que todo el proyecto fue controversial, pero sólo de una manera pequeña. La intensidad cambió cuando un reportero escribió un articulo y llamó a la escultura la ‘vagina de la reina’. Después de eso pasó algo interesante, de una manera muy freudiana al ponerle un nombre sexual el objeto se vuelve algo sexual también. Entonces eso le puso un odio encima a la obra. De alguna forma creo que es un gesto muy francés, porque todos pensamos en Francia como un país muy liberal en todos los sentidos, incluyendo el sexual, pero no lo es y en especial en Versalles.
La primera vez que pasó el grafiti decidí quitarlo, pero la segunda ocasión fue algo muy agresivo y antisemita y tomé la decisión de no quitarlo. Lo paradójico es que, por esa razón, las autoridades locales en Versalles me llevaron ante la Corte y me acusaron de ser culpable de exponer un material antisemita. Cuando la propia Corte me pidió que quitara el grafiti me negué, porque fue cuando ya lo sentí como una batalla, entonces le di una respuesta artística y cubrí parcialmente el grafito con hoja de oro; claro, por Versalles. Ya no se podía leer, pero era obvio que estaba ahí. Al final me queda la pregunta de qué es la obra cuando se ve con el grafiti y la hoja de oro.
—Recientemente circuló la noticia de que había adquirido un material llamado Vantablack, que es el negro más negro que pueda existir. Incluso se le acusaba de monopolizarlo. ¿Qué tan real es esta información?
—Esto también requiere que cuente una historia. Leí una pequeña nota en un periódico sobre una compañía que desarrolló este material muy negro para la industria de la defensa. Material anti-espía o material espía, según se quiera ver. Encontré el nombre de la compañía y le escribí al tipo que la maneja. Le pregunté si lo había pensado como un material visual. Obviamente me contestó que no y entonces decidimos conversar. Hemos estado trabajando por dos años para tratar de hacer el material. Hasta ahora lo hemos hecho en pequeñas piezas. Es un material increíble, recibí un pequeño pedazo del material y lo doblé con un mantel y no ves el doblez, se ve como un hoyo. Es una nanoestructura peculiar, responde a requerimientos técnicos. Absorbe 99.8% de toda la luz, se supone que es el material más negro del universo después del agujero negro.
—Hace unos días circuló un video donde usted manifestó su apoyo al Espacio Escultórico contra la afectación visual de un nuevo edificio. ¿Qué le interesó de este espacio?
—Me interesó por muchos niveles. De entrada, es un muy buen trabajo escultórico. En segundo lugar, todos sabemos que es muy fácil reconocer en términos culturales el valor de algo que es my viejo, pero esta obra es una cosa relativamente nueva, que pertenece a la cultura moderna y debemos tener confianza en ella, darle el espacio que necesita. Es importante para este objeto en particular que se respete el horizonte y ese edificio le afecta. Entiendo que es un edificio universitario y que tiene buenos propósitos, pero está en el lugar equivocado. Mi apoyo lo veo como un acto de confianza a lo que significa tener un trabajo relativamente contemporáneo de
land art mexicano, que además refiere a toda la cultura mexicana contemporánea.
—¿Cuál es su relación con México?
—También vengo de una cultura milenaria con muy profundas raíces culturales, aunque la India no tuvo los mismos efectos del colonialismo como México. Uno puede sentir que hay una larga tradición que es similar en ambos países y me siento muy identificado en ese sentido. Yo nací seis años después de que la India fuera una nación independiente, cuando la gente se preguntaba qué significaba ser indio y en los subsecuentes años pareciera que la India tiene muy claro cuál es su identidad nacional. Veo las mismas preguntas en México. En otro nivel, el clima es muy similar, la comida de alguna manera también y la actitud de las personas.
“La exposición es muy cara”
La llegada de Anish Kapoor al Museo Universitario de Arte Contemporáneo responde a la necesidad de “capturar”, cada cierto tiempo, un público que pertenece al sistema del arte contemporáneo, justificó el curador del recinto, Cuauhtémoc Medina.
“Cada dos, tres años, este museo hace un esfuerzo por generar exhibiciones que puedan conectarlo con un público que nos importa capturar para el sistema artístico de instituciones, artistas y debates de arte contemporáneo en general”, dijo durante el anuncio y recorrido por la muestra
Arqueología: Biología, que abre hoy al público en el recinto universitario.
Medina fungió ayer como intérprete del artista, quien llegó a México desde el sábado pasado. En las cuatro preguntas que se permitió hacer a la prensa, el crítico de arte afirmó que la presencia de Kapoor también está justificada en el número cero de la colección
Folios, que el museo ha editado: “este es un museo de convergencias e intersecciones donde tienen que convivir proposiciones de arte contemporáneo muy diversas”, agregó.
El curador consideró que Kapoor es un artista “referencial” cuyo trabajo “implica la perturbación que una estética no europea y no occidental también ha traído a nuestro campo de visibilidad”. Su nombre tiene gran resonancia en el arte: sus obras encabezan la lista de las más buscadas en las ferias; su escultura es calificada de espectacular e incluso ocupa un lugar en la lista de artistas británicos millonarios, con una fortuna calculada en 64 millones de dólares, según
TheSunday Times.
Para la llegada a México de las 23 piezas que integran la muestra se aplicó todo un engranaje comercial: la marca de ropa Tommy Hilfiger organizó un concurso de diseño —a propósito de la exposición— entre los estudiantes de diseño; la misma marca ya tuvo una cena privada con el artista, y una firma de teléfonos celulares se encargó de crear un recorrido virtual por la muestra a través de uno de sus dispositivos. Los patrocinadores de la exposición suman más de quince.
“Es una exposición muy cara por el transporte, los seguros, es una muestra de que en este país cuando quieres hacer las cosas en concordia, se puede”, dijo Graciela de la Torre, encargada de artes visuales de la UNAM, quien negó hablar de la cifra que costó traer la exposición de Kapoor. “Vete a la transparencia, allí lo vas a encontrar”, respondió la funcionaria cuando se le preguntó cuál había sido la aportación de la máxima casa de estudios.
Previo a la inauguración de su muestra, Kapoor participará hoy en un conversatorio con Cuauhtémoc Medina. Desde ayer el MUAC se prepara para recibir público en grandes cantidades. En su explanada se instalan dos carpas que servirán para atender a los visitantes, en la tienda del museo el catálogo se puede adquirir por 300 pesos; también recuerdos: libretas (265 a 565 pesos), bolsas de trapo (365 a 565 pesos) o camisetas (395 pesos).
Kapoor habló de la admiración que le despierta México. De la Torre afirmó que los representantes del artista sólo permitieron que charlara con los medios 15 minutos. Cuando se levantó de su lugar, Kapoor se dirigió a las salas de exhibición, se esperaba que encabezara el recorrido, pero sólo era una manera de sacarlo del lugar. Otra ausencia se notó en la conferencia: María Teresa Uriarte, titular de Difusión Cultural de la UNAM. Un día antes Kapoor se había unido a las protestas contra el edificio H de la Facultad de Ciencias Políticas que, según sus críticos, afecta el paisaje del Espacio Escultórico universitario.
¿Dónde y cuándo?
La muestra de Anish Kapoor
Arqueología: Biología abre hoy al público, a las 13:00 horas, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), ubicado en el Centro Cultural Universitario.
Insurgentes Sur 3000, Coyoacán, Ciudad de México.