El 'planeta rojo' se encuentra en un ciclo de cambio climático, según muestran varias imágenes de capas de hielo en él CABO CAÑAVERAL. Un análisis de imágenes de radar de las capas de hielo polar de Martemuestr
Un análisis de imágenes de radar de las capas de hielo polar de Martemuestra que el planeta rojo sale de una era de hielo que es parte de un ciclo de cambio climático en curso, dijeron científicos.
El hielo marciano comenzó a retirarse hacia los polos unos 370 mil años atrás, marcando el final de la última era de hielo, según una investigación divulgada en la publicación especializada Science.Usando imágenes obtenidas por satélites que orbitan Marte, los investigadores determinaron que unos 87 mil kilómetros cúbicos de hielo se acumularon en los polos desde el final de la era de hielo, en mayor parte en el polo norte. Los científicos están interesados en conocer la historia climática de Marte, que contiene firme evidencia de que otrora existieron lagos y océanos en su superficie, una condición para la presencia de vida. El estudio también fue el primero en relacionar una capa particular de hielo marciano a un periodo específico de tiempo. Desde la perspectiva de un terrícola, todos los días en Marte serían como una era de hielo. Según la NASA, la temperatura alcanza en verano un máximo al mediodía en el ecuador de casi 20 grados Celsius, o una mínima de unos 153 grados bajo cero en los polos. A diferencia de en la Tierra, las eras de hielo en Marte ocurren cuando sus polos son más cálidos que el promedio y el agua congelada más estable en las latitudes menores. La transición entre extensas fases climáticas puede dejar reveladoras características en el hielo, mostró la investigación. El científico Isaac Smith, del Southwest Research Institute en Boulder, en Colorado, Estados Unidos, quien encabezó el estudio, y sus colegas hallaron pronunciadas pendientes en capas de hielo dentro de la capa polar del norte. Otras capas mostraron al hielo fluyendo en la dirección contraria. Los ciclos climáticos son causados por cambios en la órbita y la inclinación del planeta, que afectan la cantidad de luz solar que recibe la superficie.