Los dead drops son dispositivos USB ocultos en diversas partes, donde se puede compartir música u otro archivo CIUDAD DE MÉXICO. Alrededor del mundo existen más de mil 600 gotitas muertas (dead drops) esparcida
Alrededor del mundo existen más de mil 600 gotitas muertas (dead drops) esparcidas y ocultas, ya sea en bancas, muros, jardineras y hasta en piedras, esperando a cazadores de información.
Se trata de dispositivos USB anclados a cualquier objeto —principalmente se pueden encontrar en muros— en los que se comparte cualquier tipo de archivos, como música, videos, fotos y hasta poesía.Actualmente existen cerca de 17 en nuestro país: en la Ciudad de México hay cinco; Toluca, Estado de México, una; tres en Querétaro; una en Poza Rica, Veracruz; una en Yucatán; una en Colima; una en Jalisco; una en San Luis Potosí; dos en Monterrey, Nuevo León, y una más en Sonora, y la comunidad sigue creciendo.El único riesgo es que se puede encontrar algún programa malicioso, por lo que es recomendable que el dispositivo que se conectará a la USB, ya sea una laptop o tableta, tenga un antivirus efectivo. De la memoria puedes tomar lo que quieras, el único requisito es dejar un archivo tuyo. La iniciativa fue creada en 2010 por el alemán Aram Bartholl en Berlín, Alemania, y fue en Nueva York, Estados Unidos, donde colocó los primeros cinco dispositivos en distintas áreas, con un solo objetivo: intercambiar información con cualquier persona sin la necesidad de conectarse a la web. El proyecto se expandió en todo el mundo; a través de las redes sociales, principalmente en Twitter, se impulsaba a los cibernautas a ocultar otras gotitas muertas y anunciar su ubicación. “Cada gota muerta se instala vacía, excepto un archivo readme.txt que explica el proyecto. Dead Drops está abierto a la participación. Si deseas instalar una gota muerta en tu ciudad o barrio dicta las instrucciones y envía la ubicación y fotografías”, recomienda el artista de medios multimedia con sede en Berlín, Alemania. A través de un video ubicado en su página web —que dura aproximadamente seis minutos—, Bartholl explica cómo elegir un espacio y cómo colocar la memoria USB. Sólo basta con elegir el área donde se ocultará el dead drop, realizar un orificio, desmontar el dispositivo de su cubierta, enrollarlo en cinta de teflón, colocarlo y fijarlo con cemento, yeso o pegamento para que no pueda ser extraído por nadie. De acuerdo con el artista alemán, su proyecto no afecta la ley de propiedad intelectual.