La compañía La Coperacha prevé presumir en tres semanas logros en el edificio de 400 años GUADALAJARA, JALISCO.- A primera vista las cosas van lento. Una segunda observación reserva sorpresas: la Casa Reforma es
GUADALAJARA, JALISCO.- A primera vista las cosas van lento. Una segunda observación reserva sorpresas: la Casa Reforma está casi lista para presumir al público los primeros resultados de su restauración; de hecho, en tres semanas abrirá dos espacios: una ludoteca que funcionará como sala de exposiciones y un teatro de títeres para 44 personas. Ya no será sólo la Casa Reforma, el derruido inmueble de Reforma 363, entre Santa Mónica y Pedro Loza, también será el Centro Cultural de la Niñez.A seis años de que el grupo de títeres La Coperacha recibió la casa en comodato, en la finca de 400 años ya fueron retirados todos los muros que sucesivos dueños levantaron para dividirla, y puede apreciarse el patio interior; toda la estructura fue reforzada y se han recuperado secciones que estaban ocultas. El área de la entrada está ya útil y habitable. “Parece poco, pero en realidad son acciones que garantizan nueva vida a la casa”, afirman Antonio Camacho, de La Coperacha, y Alejandro Canales, arquitecto a cargo de la restauración. “Estamos satisfechos de que se ha dado prioridad al uso de los recursos para la restauración, pero también para equiparla para el nuevo uso y adaptarla a las normas”, define Canales. “Cada edificio es diferente, pero el rescate de este inmueble puede ser un ejemplo importante para la ciudad”. Cuando el público entre a la casa, podrá recorrer la primera parte del edificio de 740 metros cuadrados. ¿Y el resto? Camacho y Canales subrayan que no se puede calcular —y que no será menos de año y medio—, sobre todo porque cada intervención revela detalles imprevistos que hay que evaluar. Pero garantizan que la preinauguración próxima será elocuente: “Yo diría que van a ver lo más auténtico de la Guadalajara original”, celebra Camacho. Buscando los recursos Cabe señalar queLla Coperacha se ha dedicado a gestionar recursos para la restauración, basada en el dinero que recibió el último año de la Secretaría de Cultura federal. Además, Grupo Prisa donó el material consolidador para el adobe de la casa, que permite reforzar todos los muros y conservar el material original. Por el momento se han invertido 13 millones de pesos en la restauración. La Coperacha busca más apoyo de iniciativa privada y del Gobierno del Estado. “El flujo de recursos ya es constante desde 2015 y, aunque no llega dinero con la velocidad que querríamos, ya nos ha permitido llegar hasta esta etapa”, señalaron los encargados de la obra. LO HECHO Retiro de adiciones. Desde divisiones hasta muros que tapaban partes originales de la casa. Esta labor reveló detalles que hubo que revisar para decidir si era posible conservarlos. Además, la gente podrá ver un elemento sencillo pero interesante para la restauración: los pisos originales de grandes losas de cantera de Mezquitán. También, el patio interior ya está visible, con su pozo de agua (posiblemente de los primeros de la ciudad) y su aljibe, y permite apreciar el interior de la casa. En el futuro será el teatro más grande de los tres que tendrá el Centro Cultural de la Niñez. RESTAURACIÓN La labor principal es recuperar elementos arquitectónicos y constructivos que, según los responsables, darán testimonio de diferentes épocas de la historia de la ciudad. Por ejemplo: el público podrá ver el tejamanil de antiguas vigas en el techo que, en realidad, sostenía un terrado en la planta superior: ya no cumple esa función, pero fue conservado como elemento de valor patrimonial. LIBERACIÓN Los arcos. De la misma forma, la restauración liberó elementos “escondidos” por las adiciones de cada época. En concreto, la entrada al teatro de títeres es un arco que se supone de las partes más antiguas, y la entrada a la casa muestra otro a cuyos pilares le “rebanaron” capiteles para añadirle un muro. LUDOTECA Será la primera de ocho salas de exposición. Incluirá una proyección holográfica con unos cronistas “fantasmas” que contarán a los asistentes la historia de la casa, pero también cómo era el Centro de Guadalajara; será equipada con apoyo de la fundación Codere, con 24 maquetas de edificios y manzanas. TEATRO El ala oriente de la casa ya presume la estructura de un teatro de títeres, que incluye parrilla, paso de gato para marionetas y un pequeño foso de orquesta para los titiriteros, además de un área para cabina de audio y, en lo que fue la habitación, espacio para 44 butacas. No toca los muros, así que no afecta al edificio. La Coperacha lo estrenará con su obra “Matías y el pastel de fresas”. El Centro Cultural para la Niñez Conforme la casa revela los resultados de la restauración, se consolidan los planes del futuro Centro Cultural para la Niñez, que es el último objetivo de La Coperacha como responsable del comodato que obtuvo hasta el año 2036. La Ludoteca y el teatro de títeres darán testimonio este año de cómo será el espacio, opina Antonio Camacho, quien además garantiza que, cuando esté 100% operativo, servirá no sólo para su compañía, sino para “cualquier grupo que quiera venir”. Serán tres teatros de pequeño formato, pero también ocho salas de exposición y el espacio del edificio para grupos escolares o familias. “Se tendrá que compartir no nada más con titiriteros: danza, grupos de teatro, pintores, escultores… Todo alrededor de la niñez, los títeres y las artes escénicas”.