CIUDAD DE MÉXICO.

Después de la decepcionante Avengers: Era de Ultrón y la regular Ant-Man, era necesario que Marvel estrenara una cinta eficiente que volviera a encender la chispa de su universo cinematográfico.

Afortunadamente con Capitán América: Civil War el estudio no solo logra tal cometido, sino que entrega la que quizá sea la mejor película del Marvel Cinematic Universe (MCU) hasta el momento.

Los Vengadores son el centro de polémica mundial, dado el impacto que sus acciones tienen en las poblaciones en donde libran sus batallas. A los incidentes de Nueva York, Sokovia y Washington ahora se suma un operativo en Lagos que costó la vida de varias personas.

Naciones Unidas propone que los héroes firmen los Acuerdos de Sokovia, documento que implica renunciar a operar como grupo privado en pos de integrarse a esa organización internacional. Tony Stark (Robert Downey Jr.) opta por alinearse a este nuevo orden mientras que Steve Rogers (Chris Evans) adopta una postura en contrario.

Mientras los Vengadores se dividen en dos bandos que juegan los roles de policías y criminales, una nueva amenaza surge y todo indica que está directamente ligada a Bucky Barnes (Sebastian Stan), el Soldado del Invierno.

Puede que solo gire en torno a superhéroes en mallas agarrándose a catorrazos, pero Capitán América: Civil War deja de lado los enfoques más fantasiosos del MCU para asemejarse más a una película de acción con tintes de thriller.

Parece que ese es el sello de sus directores, los hermanos Joe y Anthony Russo, quienes ya exploraron un ángulo similar con Capitán América y el Soldado del Invierno (acción y thriller político) e invitan a especular sobre lo que pueden aportar a argumentos de corte cósmico, como el de las dos entregas de Avengers: Infinity War de las que también serán responsables.

Por otro lado sorprende el tono serio que domina en toda la película, que si bien no se deshace de la comedia que ha caracterizado al MCU desde su inicio, sí es por mucho el más adulto del catálogo.

Esto ayuda a que jamás se pierdan de vista los temas centrales del argumento: libertad, responsabilidades y consecuencias.

Pero que no quede duda, puede ser la más oscura del MCU pero ello no implica que esté desprovista de diversión y secuencias espectaculares con las que es imposible no regresar a ser un niño que juega con sus figuras de superhéroes (ojo con la escena del aeropuerto, tan disfrutable, emocionante y ejemplarmente ejecutada que no podrá ocultarse la sonrisa mientras se le ve).

Capitán América: Civil War luce la pericia que a Batman vs Superman: El origen de la justicia le hizo falta. El guion fluye sin torpezas narrativas ni de estructura y, no obstante que está llena de personajes, a cada uno le brinda atención debida para que sus motivaciones y conflictos sean reales.

Este último punto es observable hasta en Spider-Man (Tom Holland), quien a pesar de ser solo invitado especial, recibe una introducción que se toma su tiempo para evitar caer en gratuidades. Warner debe tomar nota y aprenderle a esta cinta.

El Marvel Cinematic Universe es más bien irregular, pero Civil War –junto con El Soldado del Invierno- se erige como propuesta que se sale de los comunes denominadores. Es una mezcla de géneros que apela no solo a fans de cómics, sino también a quienes buscan historias llenas de emociones e intriga, capaces de sostenerse por sí mismas.

Y sí, para contestar la pregunta del millón, Spider-Man es de lo mejor en la película, a pesar de sus escasos minutos en pantalla. Es fascinante verlo en live-action junto a los superhéroes de su casa editorial. Ya veremos cómo queda su cinta en solitario siendo parte del MCU.

*Imágenes: Disney.

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