• Sean de diseñador o de imitación, de piel o de plástico, el inseparable accesorio de las mujeres esconde 10 mil diferentes tipos de bacterias

LONDRES.

Aunque el misterio de todo lo que una mujer guarda en su bolso siga quebrando la cabeza de los hombres, un grupo de científicos ha llegado a la conclusión de que el interior del inseparable accesorio femenino resulta un escondite magnífico para la suciedad.

De acuerdo con una investigación realizada en Alemania, se detectaron alrededor de 10 mil diferentes tipos de bacterias en apenas unos centímetros cuadrados debolsas de mano, convirtiéndolas en espacios más antihigiénicos que un asiento de excusado.

Excrementos de perros y gatos son las peores cosas que hemos hallado y debemos recurrir al uso de guantes y máscaras para remover esos olores o, de lo contrario, comenzaremos a sentir un escozor en la piel”, cuenta Alex How, dueño del local My Bag Spa, que se especializa en la limpieza de bolsos de mujer, según reporta el diario británico The Daily Mail.

How, cuyo negocio se ubica en la ciudad australiana de Melbourne, asegura que algunas mujeres incluso guardan basura que luego suelen olvidar en los confines del bolso.

Vino, toda clase de restos de comida, líquidos y cigarros son cosas que se van acumulando con el paso del tiempo. Puede resultar un poco desagradable cuando los bolsos llegan a nosotros para ser limpiados”, asegura.

Por si fuera poco, el simple contacto con las manos -un paraíso para las bacterias-, puede contaminar los revestimientos de los bolsos. Roxanna Pelka, encargada de la empresa Helpling, especializada en servicios de limpieza doméstica profunda, coincide en que los bolsos de mano son más sucios que un excusado, pues los retretes son limpiados con mayor regularidad.

• Un reporte científico similar, publicado en 2013, da cuenta que las bolsas presentan diez veces más avtividad microbiana que un asiento de excusado.

Pero lo más importante de todo, según los expertos, es el cuidado que cada mujer le da a sus bolsos para que no terminen convertidos en un edén bacteriano. Luego de leer ésto, es probable que un hombre lo piense dos veces antes de acceder a la petición: "Sujétame el bolso un momento".